Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de marzo de 2020.- El texto Nos falta imaginación para pensar en alternativas, de Boaventura de Sousa Santos, nos habla de una permanente crisis en todos los sentidos, que no permite visibilizar las situaciones y dar solución a las problemáticas que se viven. El poder tiene nuevos instrumentos y tecnologías para continuar sometiendo y controlando a las poblaciones. La falta de un proyecto de la sociedad, versus un proyecto neoliberal dirigido a los grandes capitales da cuenta de ello. Hoy, es más importante el hombre económico, que el hombre social.
En el texto Boaventura de Sousa, nos explica la existencia de 8 amenazas y desafíos que hay que considerar para la búsqueda de alternativas, las menciono a continuación:
Primero: el Neoliberalismo controla al Estado (éste hace que el Estado pase de acciones no mercantiles a acciones mercantiles) y lo ha convertido en un agente mercantil, de privatización de los servicios públicos a favor de los inversionistas privados, dejando de lado las acciones que puedan ser de beneficio para la sociedad como un sistema educativo o de salud amplio y en beneficio para los más necesitados y pobres de un país. Una sociedad que no tiene para ir al mercado y comprar los servicios de salud o educación, debería tener un Estado que le garantizara éstos por la acción impositiva. De esta manera se pierde el equilibrio entre Estado, mercado y la comunidad.
Segundo: existe un vaciamiento de la democracia. Vivimos una sociedad que son políticamente democráticas pero socialmente fascistas. Porque hay mucha gente que en su vida cotidiana no tienen derechos, está sujeta a la violencia o depende de la filantropía, que también es una forma de violencia.
Tercera: destrucción de la naturaleza. El capital agota los recursos, y tiene problemas ambientales y sociales. El Estado entrega grandes áreas de recursos para la extracción, sin considerar la existencia de población, lo que nos habla de un nuevo neocolonialismo.
Cuarta: La devaluación del trabajo. El trabajo sin derechos, sobre todo el informal; largas jornadas de trabajo, de los cuales no todo es pagado. Lo que nos plantea la existencia de más precariedad y pobreza.
Quinta: Mercantilización de los conocimientos. Las universidades deben de construir conocimiento útil para la economía. En Europa, a partir del decenio de los 2020 se dejara de financiar a las ciencias sociales si estas no aportan a la innovación tecnología industrial, con ello se perderá la autonomía de esta área del conocimiento. O sea el conocimiento que vale, será el conocimiento que tiene un valor mercantil, será la investigación positivista, la investigación cuantitativa, la que aporta datos y expresa mecanismos para avanzar.
En las universidades hay apoyo para las ciencias exactas, pero no para las ciencias sociales, las cuales reducen sus estructuras de investigación.
Sexta: Criminalización de la protesta y la recolonización de la violencia. El Estado se retira de las políticas sociales, se hace más presente en la represión a quienes reclaman esas políticas. Hoy vivimos a partir del miedo y por ello debemos de aceptar como una necesidad el ser vigilado todos los días y a todas las horas, lo que es una perversión total de seguridad.
Séptima: Recolonización de la violencia. Se da una nueva recolonización a través de ideologías machistas, misóginas, xenófobas, racistas, clasistas, que han venido operando durante 500 años.
Octava: Repatriarcalización de la sociedad. Se da un nuevo modelo de impulsar el patriarcado a través de más violencia contra la mujer, a través de las guerras que son las mujeres quienes más mueren, de la lucha por la tierra, son campesinas y no campesinos. Pero adicionalmente el neoliberalismo y la sobreexplotación de la fuerza de trabajo está en la vida de las mujeres y en la feminización de la pobreza.
Todas estas amenazas, son grandes retrocesos. Estos retrocesos estas sustentados en una trilogía que es avasalladora, el Capitalismo, el Colonialismo y el Patriarcado, esto es, el control y acumulación por diferentes vías de acumulación de capital, las ideologías para la exclusión social, y el género como mecanismos de control y sometimiento del cuerpo de las mujeres.
Es claro pensar que si se refuerza el capitalismo, se refuerza el colonialismo y el patriarcado. Para el Neoliberalismo estas prácticas estas unidas, van juntas, pero en términos de los movimientos sociales, estas no se encuentran unidas van separadas. Los trabajadores van contra el capital, los negros y afrodescendientes y los movimientos indígenas van contra el colonialismo y las mujeres contra el patriarcado, cada uno por partes diferentes sin juntar las líneas de acción. Y yo agregaría uno más los movimientos de la diversidad sexual van en contra del patriarcado.
Para romper con este paradigma, se requiere de nuevas epistemologías, Europa ya no puede resolver con sus epistemologías los grandes problemas sociales del mundo, hoy tenemos que voltear a las epistemologías del sur, de la América Latina, o bien de otras latitudes y países.
Las epistemologías del sur funda su conocimiento en las luchas y no en el conocimiento científico. Que en el mundo circulan muchos conocimientos, artesanales, vernáculos, populares, conocimientos de mujeres, de hombres, de indígenas, de campesinos, conocimientos de que están en las luchas y que circulan y se fraguan en las luchas. Sin embargo, nosotros nos acostumbramos a pensar que nuestro pensamiento científico es el único válido. Hay que descolonizar esta situación y hacerla valer en términos de nuestra producción de conocimiento.
La unión de los saberes emanados de las luchas sociales y del conocimiento científico se le llama la Ecología del saber. En esta nueva visión se requiere de crear el conocimiento acompañado de las personas, en su lucha, con su lucha, no se trata de hacer investigación extrayendo solamente la información. Las personas tienen conocimiento y sabiduría, de ellas se puede abrevar para la construcción de conocimiento.
Se debe impulsar una sociología de las ausencias, esto es, estudiar aquello que no es visible, porque nuestro conocimiento no sirve para ver lo que esta invisible.
Tenemos que acabar con esa línea abismal de dos mundos, uno donde se puede brindar los derechos como la regulación y la emancipación, y otro mundo donde hay apropiación y violencia. Llegó el tiempo de democratizar a la sociedad, descolonizarla, desmercantilizarla, despatriarcalizarla.
Esta forma de pensamiento complejo, nos invita a pensarnos, para despensarnos para repensarnos en eso que todos y todas queremos; es decir, la existencia de hombres y mujeres y la diversidad en un ejercicio para la construcción de un mundo en ecoconciencia, en defensa de la vida, en el dialogo horizontal, en alteridad, en complementariedad y en la ecología de los saberes.