El episcopado ante el segundo piso de la 4T
OAXACA, Oax. 26 de octubre de 2020.- El proceso electoral en el que más cargos se elegirán, está a la vuelta de la esquina. Se habla de que, si el partido en términos de draft futbolero, que fue una bomba en 2018 podrá ratificar sus triunfos o lo que pasó en las elecciones de los estados de Hidalgo y Coahuila son un augurio. Se especula de todo y se empieza a descalificar todo.
El árbitro, como cualquier árbitro deportivo, empieza ser cuestionado y más grave aún, una institución que garantiza participación electoral más o menos pareja, está tratando de sobrevivir a la manifestación expresa de actos regresivos y contrarios a la democracia.
Es realmente importante que la lucha contra la violencia en razón de género no se quede en reformas legales que agravan las penas a delitos contra mujeres porque, eso no ha detenido la misma, por el contrario, el número y porcentaje de la comisión de esos ilícitos ha crecido a realidades insultantes, sin que existan políticas públicas para detener esa lacerante y putrefacta actividad.
En nuestro país han pasado más de setenta años de que a las mujeres se les reconoció su derecho a ejercer el voto, sin embargo., esos años, mas los pasados siguieron y siguieron y las mujeres no tenían garantía de participación en elecciones, mucho menos se les garantizaban competencias en igualdad de circunstancias.
En 1997, el Partido de la Revolución Democrática estableció por primera vez en sus estatutos que cuando menos el treinta por ciento de las candidaturas que se disputaran en un proceso electoral fueran asignadas a candidatas mujeres.
Esto, luego fue defendido en las Cámaras de Diputados y las leyes e iniciativas del PRD fueron modificadas hasta llegar a la actualidad, donde, en los procesos electorales se debe competir en igualdad de oportunidades.
Esta lucha que desde nuestra perspectiva no es de las mujeres , sino con ellas, hoy debe ser respaldada, acompañada y así como está establecido que las listas que los partidos políticos registran para su representación proporcional sean encabezadas por mujeres, también es importante que todos aquellos que en algún momento incurramos en actos y conductas de acción u omisión que atenten contra los derechos de las mujeres sean inhabilitados para participar en cualquier proceso electoral como candidatos. De ahí la iniciativa #INE3de3VsViolencia la cual busca que toda aquella persona que aspire a una candidatura debe probar, no ser deudor alimenticio, no ser acosador sexual o, no ser agresor de mujeres, deba ser parte de los lineamientos que el INE establezca como obligatorios.
Seguramente vendrán debates para señalar que esas medidas son anti constitucionales pero, si no es así, ¿cuándo esta sociedad garantizará la igualdad de géneros y será tolerante e igualitaria? Reflexiones que sólo son Fundamentos.