Las participaciones federales entran a subasta
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de abril de 2019.- En política las cajas chinas son un recurso muy útil y conveniente como artificios de distracción.
¿Pero qué es una caja china?
Se le llama caja china a un acertijo interminable porque cuando se logra abrir una de esas cajas, dentro de ella hay otra caja más pequeña; dentro de la cual hay una más, y así sucesivamente, hasta que buscando la caja final la distracción sobre otros asuntos simplemente se logra.
Haciendo una analogía con el periodismo, cada caja china vendría a ser una nota que llama más la atención que la anterior y despierta la curiosidad por seguir hasta el fin la búsqueda que se había iniciado.
Ayer Donald Trum lanzó dos agresivos twitts dando por hecho que marinos mexicanos habían invadido territorio de Estados Unidos y amenazado a dos probables integrantes de la patrulla fronteriza.
Y en medio de un delicado tema como el señalado por Trump, el presidente López Obrador sacó de pronto sus cajas chinas y dedicó amplio espacio a temas como la leyenda urbana de si efectivamente el divo de Juárez, Juan Gabriel, está aún con vida.
Y bueno sobre Juan Gabriel, el presidente dijo que es un amor eterno porque vive en sus canciones, ubicándolo en un pedestal, como hace cuando habla de Benito Juárez, Emiliano Zapata o Francisco I. Madero.
O le dedicó un tiempo sobredimensionado al asunto de la reducción del huachicoleo evadiendo responder el cuestionamiento que se ha venido haciendo en torno a la inconveniencia, técnica y financiera, de construir la refinería de Dos Bocas.
La finalidad u objetivo de las cajas chinas es distraer la atención de los ciudadanos de temas relevantes e importantes, minimizándolos ante temas de menor trascendencia. No hay duda de que este método le funciona muy bien al presidente.
¿Pero hasta cuándo le seguirá funcionando el truco de las cajas chinas al presidente?
Los reporteros que asisten a las mañaneras están reclamando la presencia de secretarios de estado que son responsables de atender graves problemas y hasta la fecha no han tenido su “mañanera”.
¿Alguien ha visto, o siquiera sabe como se llama el titular de ecología, en las conferencia mañaneras en estos días en los que se han presentado erupciones volcánicanicas, incendios forestales y niveles de contaminación ambiental que ha obligado a poner en estado de contingencia a la megalópolis?
No les ha correspondido el honor de subir al foro de las mañaneras a personajes como la secretaria de la Función Pública, o la encargada de la secretaría de Bienestar, por citar dos casos por demás relevantes.
Definitivamente el presidente no aguantará, ni física ni políticamente, el desgaste que implica el hecho de ser siempre al actor central de las mañaneras.
Y todavía no se cumplen seis meses de gobierno.
Y el propio mandatario ha tenido que empezar a flexibilizar sus plazos.
Seis Meses para disminuir la inseguridad y poner en marcha los programas sociales.
Y como los casos mencionados en el párrafo anterior, seguramente vendrán otros más temprano que tarde.
El fenómeno de la sobre exposición a los medios para un presidente de la república ha tenido resultados casi fatales.
Basta recordar como los medios se comieron finalmente a los cinco antecesores de López Obrador.
Las cajas chinas son, en el corto plazo, un juego peligro en materia política.