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Pasamos de un gobierno de corruptos a un
gobierno de ineptos: Javier Sicilia
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de mayo de 2021.- En poco más de dos décadas, el Metro de la Ciudad de México pasó de ser un orgullo de la ingeniería mexicana a ejemplo de negligencia y causa del luto y desolación por la muerte de 25 personas y más de 70 heridos, saldo del accidente en la Línea 12, la llamada Línea Dorada, que, de haberse realizado un continuo mantenimiento, pudo evitarse.
La tragedia que enluta al pueblo mexicano ocurrió la noche del lunes 3 de mayo, a las 10:25 p.m., al colapsar un puente elevado entre las estaciones Tezonco y Olivos (dos de las 20 de esa L-12) y precipitarse en picada el convoy que transportaba a pasajeros, provocando la pérdida de vidas, lesionados, automóviles sepultados por el cemento y el consecuente caos y desorden.
Un día después, la Fiscalía General de la República inició en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro una investigación por homicidio culposo o involuntario y daño a la propiedad. No obstante, llama la atención que a sólo horas del accidente ya se hubiera modificado el escenario del accidente.
En 1998, al ser México sede de la Conferencia Mundial de Metros y Trenes pesados, el STC Metro era considerado el tercero a nivel mundial por su eficiencia, seguridad y su planificación (Plan Maestro de Desarrollo).
Sus mayores retos entonces eran dar un servicio eficiente diariamente a más de 4 millones de usuarios en 9 líneas, garantizar su seguridad, crecer conforme a lo planificado y dar mantenimiento oportuno y eficaz a sus instalaciones y vehículos.
Dadas las condiciones de la cuenca donde se asienta la Ciudad de México y sus mantos freáticos no fue fácil conjuntar y coordinar a alrededor de un millar de especialistas para asumir el reto de construir un metro tanto subterráneo, superficial y aéreo.
En septiembre de 2020, el Metro cumplió 50 años de operación. Se trata de una obra de profesionales mexicanos comprometidos con el desarrollo del país, encabezados por Bernardo Quintana, presidente de ICA, quienes comenzaron los estudios de viabilidad una década antes de su construcción.
Este sistema de transporte ha contribuido a hacer viable la vida en la macrópolis, al posibilitar millones de traslados hombre diariamente. A cambio requiere de constante mantenimiento para operar con seguridad y eficiencia.
Según cifras del organismo, hoy es utilizado por 5.5 millones de usuarios al día. Por ello es inexplicable que la subdirección de Mantenimiento haya permanecido acéfala por más de un año.
Florencia Serranía Soto, directora general del STC, dijo que se haría cargo también de la subdirección de Mantenimiento. ¿Lo haría?
Cinco días antes del lamentable accidente, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum nombró al ingeniero Nahum Leal Barroso, encargado del despacho de la Subdirección general de Mantenimiento, se trata de un funcionario con amplia experiencia en este organismo, pero no tuvo tiempo para demostrarlo.
Es necesario que se finque responsabilidad jurídica a quien resulte responsable de la pérdida de vidas y de poner en riesgo a miles de usuarios quienes merecen un transporte público seguro, confiable.
La Secretaría de Protección Civil realiza ya un peritaje en las instalaciones colapsadas, informa el gobierno capitalino y contrata a la empresa noruega de gestión de riesgos Det Norske Veritas (DNV-GL) para realizar un peritaje independiente que determine las causas del accidente en la Línea 12, el cual, según expertos, tardaría de un mes a mes y medio.
La investigación a fondo debe abarcar a los directivos actuales del STC-Metro, pues existen evidencias, en redes sociales, de cuando menos una decena de fotos proporcionadas por vecinos de las colonias aledañas a la estación Olivos, donde denunciaron el desplazamiento de una trabe que sostenía el puente colapsado, a partir del sismo de 2017.
Trabajadores del sindicato del Metro -uno de los tres existentes- que encabeza Homero Zavala, acusan a la directora general Florencia Serranía Soto, de ser la responsable al no escuchar a los trabajadores operativos quienes cada día reportaban en sus bitácoras estas y otras fallas.
«Quizá sea una buena ingeniero, como dice la jefa de Gobierno, pero como administradora ha resultado totalmente inepta, por eso exigimos su renuncia.», afirmó Zavala.
El 9 de enero del presente año se registró un incendio en el Puesto Central de Control, lo que derivó en la suspensión del servicio en las Líneas de la 1 a la 6 durante varios días de ese mes y de los primeros días de febrero.
La austeridad ordenada desde el gobierno federal adolece de la comprensión y empatía necesarias para garantizar apoyo y seguridad a diversos sectores de la comunidad, en este caso a los usuarios de este transporte.
La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum aseguró que no hubo disminución en los presupuestos para su mantenimiento, pero sí se redujo la partida global del Metro para 2021: pasó de 17,548 mdp, en 2018, a 15,081 mdp.
La L-12 del STC-Metro ha sido objeto de polémica desde que arrancó su construcción el 23 de septiembre de 2008. Participaron en la obra las empresas ICA, Alstom Transport y Carso Infraestructura y Construcción.
Carso estuvo a cargo del tramo que abarca las estaciones Periférico Oriente, Tezonco, Olivos, Nopalera y Zapotitlán, donde se registró el terrible incidente. La empresa de Carlos Slim ahora participa en la obra del Tren Maya.
Según una investigación de Reporte Índigo, la L-12 tuvo un costo de 26 mmp, presentó un sobrecosto del 70%, respecto al presupuesto original y fue el megaproyecto del sexenio del exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubón, hoy titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Desde el inicio hubo sospechas relacionadas con la forma de disponer del presupuesto por parte de Ebrard junto con Mario Delgado, entonces secretario de Finanzas del gobierno capitalino y ahora presidente de Morena.
Aunque la inauguración de la línea estaba prevista para 2010, no fue hasta 2012 que abrió sus puertas. En sólo un mes, de octubre a noviembre de ese mismo año, el STC en Línea 12 registró 66 fallas en las instalaciones fijas y en los trenes.
Menos de 2 años después, en marzo de 2014, la Línea 12 presentó desgaste prematuro en 12 de sus 20 estaciones, por lo que la administración capitalina, a cargo de Miguel Ángel Mancera, tomó la decisión de cerrarla y realizar reparaciones, las cuales se extendieron hasta 2015.
Todos conocimos la serie de acusaciones que surgieron a raíz de que Mancera estableciera un periodo de mantenimiento y revisión, como resultado se dijo que la línea presentaba un deficiente trazo, no había correspondencia en especificaciones técnicas entre las vías y las ruedas de los trenes, etcétera.
Enrique Horcasitas Manjarrez, director general del proyecto de la Línea 12, desaparecido de reflectores hace años, reapareció hoy sólo para aclarar que no tiene ninguna sentencia en contra, ni siquiera de falta administrativa.
Vuelve a salir a flote una realidad culposa: es altísimo el costo de operación de la Línea 12 por sus requerimientos de acondicionamientos de trenes y mantenimiento diario. Alguien debe ser responsable.
Al referirse a ello, Claudia Sheinbaum informó que se ha solicitado al Colegio de Ingenieros Civiles de México que se revise el proyecto ejecutivo y estructural de la L-12 hasta su operación, a fin de aclarar qué ocasionó el derrumbe de la trabe en la estación Olivos y otros defectos.
Las manifestaciones en solidaridad con los deudos de las víctimas fallecidas y de quienes requieren atención hospitalaria no se han hecho esperar por parte de los propios trabajadores del Metro y organizaciones sociales.
Cuánta más desgracia deberá aguantar la población por falta de previsión. A los tiempos de pandemia amortiguada pero no superada, se suma ahora la inseguridad en el STC-Metro. Sin duda, todos estamos atentos a que se finquen las responsabilidades de ley a quienes resulten responsables.
Urge que el gobierno capitalino controle los daños, nombre a personas capaces y competentes en los cargos públicos, detecte y corrija fallas permanentemente en sus instalaciones para evitar otros accidentes -incendios o descarrilamientos- en el Metro de la Ciudad de México.