Fotógrafo golpeado en Oaxaca recibió la solidaridad a través de GoFundMe
OAXACA, oax. 28 de noviembre de 2024.- Aquel día, la brisa anunciaba tormenta. “Vayan con Dios, reciban mi bendición”, dijo Tata Lona. Horas más tarde, se supo de la caída que habría cambiado la historia de Oaxaca.
Un helicóptero Augusta recién adquirido por el gobierno de Oaxaca retornaba de un día ajetreado: San Francisco La paz, en Chimalapas, la región del Istmo; Yogana, en Ejutla, la región del Valle; La Chigulera, en el Valle, donde ocurrió el percance.
Cuando salieron del hangar, el 28 de noviembre de 2007, iban cuatro pasajeros además de la tripulación: Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca; Bulmaro Rito Salinas, presidente del Congreso en Oaxaca; Rubén Dehesa Ulloa, de la comisión estatal del agua y Martín Vásquez Villanueva, secretario de salud en Oaxaca.
Cumplieron el compromiso en San Francisco La Paz. Inauguraron en esa fecha una capilla que estuvo impulsando el obispo emérito de la Diócesis de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes.
El arzobispo pidió al gobernador Ulises “un raid” para Gerardo Garfias Ruiz, en ese tiempo coordinador de asesores de la secretaría general y una de las personas cercanas en afecto al obispo de los pobres.
“Ninguno imaginaba qué deparaba el destino. Fuimos para cumplir un compromiso, estuvimos ahí y luego saldríamos al Valle porque al día siguiente estaría en Oaxaca el entonces presidente Felipe Calderón”, recordó el doctor Martín Vásquez en una conversación sobre aquel día de noviembre.
En Yogana, Ejutla, el sitio a donde acudiría el entonces presidente de México, se encontraron con Eviel Pérez Magaña. Tendría que ser uno de sus momentos estelares, pues era uno de los aspirantes a suceder a Ruiz Ortiz, quien hasta entonces no había tomado la decisión de nombrarlo sucesor.
Despegaron, pero fueron a Minatitlán, a cargar gasolina. Martín se reserva el diálogo entre los personajes que iban dentro del helicóptero, pues algunos están vigentes en la política aunque con caminos distintos.
De todos, Martín Vásquez es el único que conserva su militancia en el PRI, partido de donde será regidor después de casi 18 años de ese suceso en el que pudo perder la vida.
Eviel Pérez Magaña ganó en ese momento su candidatura, pues cuentan, Ulises Ruiz se aferró a su persona cuando iban en caída libre y este lo sostuvo.
Martín recibió los cuerpos de los ocupantes, pues fue una suerte que solo cayeron sobre su propio peso, sin lesiones de consideración.
“El helicóptero, creo, iba muy cargado, salimos cuatro, regresamos seis y la tripulación. Fue una sensación de fragilidad, la aeronave giró tres veces en el aire, y comenzó a caer, de manera brusca”, nos cuenta Martín.
Pensó en su madre, quien aún vivía. Pensó en su esposa, Nadín, y en su hija, Martinita, que venía en camino. Pero fueron segundos, pues sin saber cómo estaban en el suelo en medio de un estruendo.
La tripulación pudo maniobrar y les salvó la vida. ¿O fue la bendición de Lona? “Yo soy un hombre de fe”, dice Martín y en ese momento, dio gracias a Dios y a la bendición del obispo por tenerla como antecedente.
Un silencio lleno de miedo invadió el espacio. Segundos eternos, lo que parecía una tragedia inminente se convirtió en un milagro. La aeronave impactó contra el suelo, pero los ocupantes sobrevivieron.
“Démosle gracias a Dios”, exclamó Vásquez al recordar el accidente. La lluvia comenzaba a caer suavemente, como si el cielo llorara por lo que pudo ser un desenlace fatal.
A pesar de los golpes y el susto, todos pudieron salir con vida, una bendición que atribuían al padre Lona Reyes, quien los había despedido con su oración.
El helicóptero, un Augusta de origen italiano, quedó irreparable. Las marcas del impacto quedaron en la tierra, pero también en la memoria de quienes estuvieron allí. Fue un recordatorio de la fragilidad de la vida y de lo cerca que estuvieron de un suceso que pudo haber cambiado la historia política de Oaxaca.
Este jueves, a 17 años de aquel accidente, el recuerdo de ese día no solo evoca el temor y la incertidumbre de los sobrevivientes, sino también su agradecimiento.
¿Qué ha sido de ellos? Ulises Ruiz dejó el PRI y ahora busca la creación de un nuevo partido político. Rubén Dehesa continúa sus actividades profesionales y de consultoría como especialista en el campo. Gerardo Garfias escribe, algunas de sus letras se pueden leer en Quadratín. Bulmaro acompañó recientemente a Ulises Ruiz en su aventura por la candidatura independiente a la presidencia de México. Eviel traicionó al PRI, al mismo Ulises y ahora está alojado en Morena, después de perder desastrosamente la gubernatura.
Martín iniciará en enero su etapa como regidor, uno de los pocos espacios que conservará el PRI, un partido que quedó tan dañado como aquel Augusta.
La caída de ese helicóptero fue un episodio que dejó una marca en la historia reciente de Oaxaca y que para quienes estuvieron a bordo, se transformó en un testimonio de fe y vida.