El episcopado ante el segundo piso de la 4T
Apunte diario sobre letras hipnóticas
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Descubriendo las profundidades heladas, el Snow Cruiser escribió un capítulo hipnótico en la epopeya de la exploración antártica.
En las vastas extensiones inexploradas de la Antártida, en el umbral de la Segunda Guerra Mundial, emergió un prodigio de ingeniería y exploración: el Snow Cruiser. Concebido por el Dr. Thomas C. Poulter de la Fundación de Investigación del Instituto de Tecnología Armor, este gigante de la Antártida desplegó sus ruedas hacia lo desconocido en 1939.
Su objetivo era audaz: trazar y explorar las cuatro millones de millas cuadradas de territorio inexplorado en la Antártida. Este coloso sobre ruedas, con su apariencia futurista y dimensiones imponentes, llevó consigo la promesa de descubrimientos sin precedentes y la aventura de conquistar la última frontera terrestre.
Durante su breve pero impactante vida, que se extendió desde 1939 hasta principios de 1941, el Snow Cruiser se aventuró por terrenos nunca antes explorados, allanando el camino para la investigación y el mapeo en una región conocida por su desafío extremo. La tripulación a bordo no solo enfrentó las condiciones climáticas brutales de la Antártida, sino que también llevó a cabo pruebas sísmicas pioneras, recopiló datos valiosos y vivió experiencias que desafiaron los límites de la resistencia humana.
Sin embargo, como en toda gran historia, el viaje del Snow Cruiser no estuvo exento de desafíos y desgarradoras experiencias. A pesar de su ingeniería avanzada y su propósito noble, el coloso encontró obstáculos imprevistos en el camino, demostrando que la conquista de la naturaleza implacable de la Antártida era una tarea titánica.
El Snow Cruiser, con su figura imponente y su audacia ante lo desconocido, dejó una marca indeleble en la historia de la exploración polar. Su legado resuena como un recordatorio de la incansable búsqueda humana de conocimiento y descubrimiento, así como de la capacidad de la ingeniería para desafiar los límites de lo posible.
En las huellas congeladas que dejó, el Snowp Cruiser se erige como un símbolo eterno de la curiosidad humana, la voluntad de aventura y la valentía de enfrentarse a los desafíos más extremos del planeta.
Descubriendo las profundidades heladas, el Snow Cruiser escribió un capítulo hipnótico en la epopeya de la exploración antártica.
2024
URDIALES Zuazubiskar fundación de Letras hipnóticas A.C
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Y hablando del Artíco
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una historia increíble de belugas y rompehielos
Sabías sobre…..
Operación Beluga?? 🐋
En diciembre de 1984, un grupo de 3.000 ballenas beluga quedaron atrapadas por el hielo en el mar de Chukchi, cerca de Rusia. Las ballenas estaban confinadas en pequeños estanques de agua abierta rodeados de hielo espeso e intransitable de hasta 3 m de espesor en algunas áreas.
Sin acceso a zonas más amplias del océano, las ballenas tenían dificultades para respirar y corrían riesgo de morir. Para ayudar a rescatarlos, se trajo un rompehielos llamado Almirante Makarov, equipado con un casco especialmente reforzado para romper el hielo. El barco intentó llevar a las ballenas a un lugar seguro rompiendo el hielo, pero las belugas inicialmente se negaron a seguirlas.
Cuando la tripulación empezó a tocar música clásica como la de Tchaikovsky por los altavoces del barco, las ballenas finalmente empezaron a seguir al Makarov a través del estrecho canal de aguas abiertas. Esto permitió que 2.000 ballenas llegaran al océano no congelado después de un viaje de casi 100 millas.
El exitoso esfuerzo de rescate duró varios días y luego se denominó «Operación Beluga». Fue una empresa enorme que involucró a varios países, incluidos la Unión Soviética, Estados Unidos, Canadá y Japón.
Crédito del texto: Tierra irregular
Con amor al océano y a sus inmensos habita tes.
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