Va Sheinbaum por construcción de más caminos rurales en 2025
Este fin de semana un importante grupo de representantes de la sociedad civil, muchos amigos y excolaboradores que me han acompañado durante largos años en mi carrera política y miembros de los partidos que conforman la coalición Fuerza y Corazón por México, decidimos unificar esfuerzos en torno a la campaña de Xóchitl Gálvez en Oaxaca, creando un comité con representación en todas las regiones del estado que viene a sumarse a los trabajos que realiza la coordinación estatal de su campaña.
Quedan siete semanas antes del 2 de junio, en las que nos hemos comprometido a trabajar intensamente para lograr que en Oaxaca Xóchitl obtenga una aportación de votos que contribuya eficazmente a su triunfo.
Yo he venido sosteniendo que la participación de la sociedad civil será decisiva para ganar la presidencia de México y está claro que los partidos políticos han olvidado a esa sociedad civil, a pesar de su importancia electoral.
Hace algunos meses veíamos que los militantes de todos los partidos registrados ante el INE apenas rebasaban los cinco millones, de un total de más de cien millones de electores, esto quiere decir que casi setenta millones de personas en posibilidad de votar no pertenecen a los partidos ni están en los padrones de beneficiarios de los llamados programas sociales que pueden condicionar el voto en favor del oficialismo.
Hago un paréntesis para recordar que busqué ser candidato independiente en aquellos momentos en que reflexioné con un grupo de amigos la crisis de los partidos políticos reflejada en los pobres números de su militancia comprometida y en el lejano papel en que ha quedado una sociedad civil incomprendida y echada a un lado.
Sigo pensando igual: es la ciudadanía cansada de los políticos que no han dado resultados, que se han corrompido, que se agandallaron las candidaturas; la ciudadanía que reclama a la clase política enquistada en los partidos por su incompetencia, la que puede cambiar el rumbo del país.
Es la sociedad civil la que inclinará la balanza y llevará a Xóchitl a la Presidencia de México.
De ahí la importancia del recién creado comité en torno a Xóchitl en Oaxaca, en el que organizaciones de la sociedad civil y políticos que entienden y comparten la necesidad de atender las demandas ciudadanas, hayamos decidido y nos hayamos comprometido a dar la batalla en Oaxaca, uno de los bastiones del obradorismo, para convencer a quienes quieren un país distinto al que nos plantea como segundo piso de la 4T, un país unido en torno a un mejor proyecto que se base en terminar con la inseguridad, con la pobreza, con un sistema de salud que brinde atención y no excusas a los mexicanos, pero sobre todo que acabe con el país imaginario y de mentiras disfrazadas de “otros datos” en el que viven López Obrador y su corcholata Sheinbaum.
Quienes estamos cansados de la división entre los mexicanos que promueve López Obrador desde Palacio Nacional; quienes estamos hartos de la inseguridad que no se resuelve por los abrazos que también salen de Palacio; quienes ya no queremos que el sistema de salud se maneje de manera inhumana, dejando sin medicinas y sin atención médica a millones de mexicanos; quienes demandamos transparencia en el manejo de los recursos públicos; la mayoría de los mexicanos pues, esperamos escuchar de Xóchitl propuestas sobre lo que ella va a hacer distinto y no de lo que se haría igual.
Para darle seguridad al país hay que sacar a la delincuencia de Palacio Nacional y de los gobiernos estatales y municipales; hay que modificar la política social para darle empleo y no dádivas a la gente; hay que meter a la cárcel a los funcionarios de la 4T responsables de los contratos irregulares en las obras de relumbrón de la 4T como el Tren Maya o el AIFA; hay que meter a la cárcel a los responsables de más de un millón de muertes por la pandemia; hay que limpiar al país de esta gente inútil y perjudicial para el desarrollo de México.
Tenemos que decirles a los mexicanos que eso haremos con Xóchitl Gálvez. Vienen las semanas decisivas. No debemos perder el enfoque. El enemigo no está en los partidos que participan en Fuerza y Corazón por México. A ellos ya habrá tiempo de pasarles la factura.
Claro que Xóchitl hará su parte, estoy seguro, en esta segunda mitad de la campaña con las propuestas de fondo que en lenguaje directo nos comparta; con el tono comprometido que quien va a dirigir los destinos del país debe darle a su discurso y con el valor que le conozco y reconozco de señalar con puntos y comas los errores de la 4T y las mentiras de su segundo piso para que sus propuestas puedan contrastarse y a través del convencimiento conseguir el apoyo popular.