Las cartas de la pasión y el desenfreno

Apunte diario sobre letras hipnóticas🧭 ✍🏻

Jornada cartular, Las Grandes Cartas 🎩

NAPOLEON: UN AUTÉNTICO LOQUILLO, CURSI Y PERVERSO: “ESPÉRAME EN TUS JUGOS, NO TOQUES EL AGUA, QUIERO BEBERLOS TODOS, ERES MÍA CON LA PASIÓN DE LA CONQUISTA Y DE LA GUERRA”
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Todos sabemos del gran corso. En esta semana de las grandes cartas, en su jornada cartular, hemos de referirnos a Don Napoleón. Eso de Don lo digo por que ya han pasado siglos desde sus fechorías y no tengo resentimiento ni histórico ni memorial para no llamar así a un ilustre señor. Como la presente no es una entrega de guerra, batallas, sangre y duelo, me refiero al personaje humanamente, por que humanamente lo vamos a ver hoy, a través de la basta correspondencia con una de sus señoras, ya que tuvo por lo menos 35 conocidas, y solo 5 famosas, encabezando la lista su exesposa: Josefina, a quien dedicó la mayor de su cursi correspondencia, rosa y llena de lágrimas, melificada en su profundidad intensa. Napoleón demuestra sus habilidades de sexting en pleno siglo 18, implorando a Josefina que lo quiera un poco y compartiendo sus pensamientos íntimos sobre dónde quiere besarla, ejercicios eróticos y perversos. Ni mas ni menos, el Gran Corso era todo un pilluelo, coloquialmente, un loquillo.

Las cartas de amor y obsesión de Napoleón a Josefina son un testimonio fascinante de la relación tumultuosa entre ambos. A lo largo de su correspondencia, podemos apreciar la pasión desenfrenada y la lujuria que existía entre ellos, así como las dificultades y desafíos que enfrentaron a lo largo de su matrimonio.
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Napoleón y Josefina se conocieron en un momento de gran agitación política y social durante la Revolución Francesa. A pesar de las circunstancias adversas, decidieron casarse en 1796. Sin embargo, desde el principio, su relación estuvo marcada por la distancia física debido a las responsabilidades militares de Napoleón.
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La correspondencia entre ambos se convirtió en una forma de mantener viva la conexión emocional. Napoleón, después de las batallas y lejos de su amada, expresaba en sus cartas un profundo amor y nostalgia por Josefina. Por otro lado, Josefina no mostraba la misma intensidad emocional en sus respuestas, lo que generaba frustración en Napoleón.
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A medida que el tiempo pasaba, la relación entre ellos se fue deteriorando. Napoleón descubrió la infidelidad de Josefina durante su campaña en Egipto, lo que provocó tensiones en su matrimonio. A pesar de las humillaciones sufridas, Josefina permaneció junto a Napoleón debido a su posición social y la seguridad que le proporcionaba como esposa del general.
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Sin embargo, el amor entre ellos finalmente se desvaneció cuando no lograron concebir hijos. Se divorciaron en 1810, y Napoleón buscó un nuevo amor en los brazos de María Luisa de Austria.
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A pesar de la separación, Napoleón no abandonó a Josefina y continuó escribiéndole cartas y brindándole apoyo financiero hasta el final de su vida. Antes de su muerte en Santa Helena, Napoleón se despidió de Josefina en una carta, recordándole que nunca la olvidaría.
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La correspondencia entre Napoleón y Josefina revela una historia de amor compleja y apasionada, llena de altibajos y desafíos. Estas cartas son un valioso testimonio histórico que nos permite adentrarnos en la mente y los sentimientos de dos figuras icónicas de la historia mundial.
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Aquí una muestra breve de su extensa correspondencia, (ojo, no se pierda adelante «acordeón» y “escalera” que resulta una revelación de como se las gastaba Don Napoleón):.

“29 de diciembre de 1795: Despierto lleno de ti. Tu imagen y los placeres intoxicantes de anoche, no permiten que mis sentidos descansen. Dulce e incomparable Josefina, ¿de qué manera tan extraña trabajas en mi corazón? ¿Estás enojada conmigo? ¿Estás triste? ¿Estás decepcionada? Mi alma está rota por el dolor y mi amor por ti me prohíbe el reposo. ¿Pero cómo puedo descansar cuando me rindo a la sensación que comanda mi alma, cuando bebo de tus labios y de tu corazón cual llama ardiente? […] En tres horas la volveré a ver. Hasta entonces, miles de besos, mi dulce amor, pero no me devuelvas ninguno pues provocan que mi sangre arda como el fuego”.
1796″He recibido todas tus cartas, pero ninguna me ha causado tal impresión como la última. ¿Cómo, mi amada, puedes escribirme de ese modo? ¿No crees que mi posición es ya bastante cruel, sin agregar mis propios sufrimientos y rompiendo mi espíritu? ¡Qué estilo! ¡Qué sentimientos muestras! Son fuego y queman mi pobre corazón. Mi josefina y única josefina, además de ti no hay alegría; lejos de ti, el mundo es un desierto y cuando estoy sólo y no puedo abrir mi corazón. Té has llevado más que mi alma; eres el único pensamiento de mi vida. Cuando estoy cansado del trabajo, cuando los hombres me desesperan, cuando estoy a punto de maldecir estar vivo, pongo mi mano en mi corazón; tu retrato cuelga de él, lo miro y el amor me trae la felicidad perfecta. ¿Con qué arte me cautivaste para concentrar todo mi ser en ti? Vivir para Josefina, esa es la historia de mi vida”
17 de julio de 1796“Desde que te dejé, he estado constantemente deprimido. Mi felicidad es estar cerca de ti. Intensamente revivo en mi memoria tus caricias, tus lágrimas y tus solicitudes afectuosas. Los encantos de la incomparable Josefina encienden, continuamente, un ardor y una llama que brilla intensamente en mi corazón. ¿Cuándo, libre de toda solicitud, de toda atención de acoso, seré capaz de pasar todo mi tiempo contigo, teniéndote sólo para amarte y pensar en la felicidad de decirlo y demostrártelo?”
Fecha incierta 1797
“No he pasado un día sin amarte; no he pasado una noche sin estrecharte en mis brazos; no he tomado una taza de té sin maldecir la gloria y la ambición que me tienen alejado del alma de mi vida. En medio de las tareas, a la cabeza de las tropas, al recorrer los campos, mi adorable Josefina está sola en mi corazón, ocupa mi espíritu, absorbe mi pensamiento. Si me alejo de ti con la rapidez de la corriente del Ródano es para volver a verte más pronto. Si, en plena noche, me levanto para trabajar, es porque ello puede adelantar en algunos días la llegada de mi dulce amiga, y no obstante, en tu carta del 23, del 26 Ventoso, me tratas de Usted. ¡Tú misma me tratas de usted! ¡Malvada! ¿Cómo has podido escribir esa carta? ¡Qué fría eres! ¿Qué sucederá en 15 días? Adiós, mujer, tormento, dicha, esperanza y alma de mi vida, que amo, que temo, que me inspira sentimientos tiernos que me llaman a la Naturaleza y movimientos impetuosos tan volcánicos como el trueno. Yo no te pido amor eterno ni fidelidad, sino solamente … verdad, franqueza sin límites. El día en que digas te amo menos será el último de mi amor o el último de mi vida. Si mi corazón fuese bastante vil para amar sin ser correspondido lo destrozaría con mis dientes. ¡Josefina! ¡Josefina! Acuérdate de lo que te he dicho algunas veces: la Naturaleza me ha dado un alma fuerte y decidida. Ella te ha hecho de encaje y gasa, ¿has dejado de amarme?”
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Carta de Napoleón Bonaparte a Josefina
“No he pasado un día sin amarte; no he pasado una noche sin estrecharte en mis brazos; no he tomado una taza de té sin maldecir la gloria y la ambición, que me tienen alejado del alma de mi vida. En medio de las tareas, a la cabeza de las tropas, al recorrer los campos, mi adorable josefina está sola en mi corazón, ocupa mi espíritu, absorbe mi pensamiento. Si me alejo de ti con la rapidez de la corriente del Ródano es para volverte a ver más pronto. Si, en plena noche, me levanto para trabajar, es porque ello puede adelantar en algunos días la llegada de mi dulce amiga, y no obstante, en tu carta del 23, del 26 Ventoso, me tratas de vous. ¡Tú misma me tratas de usted! ¡Ah, malvada! ¿Cómo has podido escribir esa carta? ¡Qué fría es!… ¡Ah, qué sucederá dentro de 15 días!… Adiós, mujer, tormento, dicha, esperanza y alma de mi vida, que amo, que temo, que me inspira sentimientos tiernos que me llaman a la Naturaleza y movimientos impetuosos tan volcánicos como el trueno. Yo no te pido amor eterno ni fidelidad, sino solamente…verdad, franqueza sin límites. El día en que digas te amo menos será el último de mi amor o el último de mi vida. Si mi corazón fuese bastante vil para amar sin ser correspondido lo destrozaría con mis dientes. ¡Josefina! ¡Josefina! Acuérdate de lo que te he dicho algunas veces: la Naturaleza me ha dado un alma fuerte y decidida. Ella te ha hecho de encaje y gasa. ¿Has dejado de amarme?

PD: La guerra, este año, no es ya reconocible. He hecho dar carne, pan, forrajes; mi caballería armada se pondrá en marcha muy pronto. Mis soldados me muestran una confianza que no puede expresarse; tú sola me desazonas; tu sola, el placer y el tormento de mi vida. Un beso a tus hijos, de los que no hablas. ¡Cáspita! Eso alegraría tus cartas el doble. Los visitantes de las 10 de la mañana no tendrían el placer de verte ¡¡Mujer!”
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Napoleón*
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ACUARELA
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Las fogosas cartas de amor entre Napoleón y Josefina:
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«Deseo el momento de estar en tu seno, “ESPERAME EN TUS JUGOS, NO TOQUES EL AGUA, QUIERO BEBERLOS TODOS, ERES MIA CON LA PASION DE LA CONQUISTA Y DE LA GUERRA” *
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Las fogosas cartas de amor entre Napoleón y Josefina revelan el lado cursi y apasionado del emperador francés. En una de las cartas, Napoleón le pide a Josefina que lo espere en sus jugos, sin tocar el agua, comparando su pasión con la conquista y la guerra: «ESPERAME EN TUS JUGOS, NO TOQUES EL AGUA, QUIERO BEBERLOS TODOS, ERES MIA CON LA PASION DE LA CONQUISTA Y DE LA GUERRA».🪀
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Además de tener dos esposas, Napoleón Bonaparte tuvo numerosas amantes a lo largo de su vida. Sin embargo, tenía una visión sexista de las mujeres, considerándolas como «máquinas de hacer bebés».
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Aunque se conservan más de 33.000 cartas de Napoleón, las únicas personas que recibieron misivas escritas por él mismo fueron sus esposas y amantes. El resto las dictaba a sus secretarios. Esto no refleja una deferencia especial del emperador francés hacia lo femenino, ya que demostró un «profundo sexismo» 🙀a lo largo de su vida, según su biógrafo Andrew Roberts. Incluso afirmó: «No se debería ver a las mujeres como iguales a los hombres. De hecho, solo son máquinas de hacer bebés».
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La misoginia atribuida a Napoleón es motivo de conflicto en torno a su figura y las conmemoraciones del bicentenario de su muerte en 1821. Las críticas se basan no solo en sus declaraciones y escritos, sino también en su obra política. Por ejemplo, el artículo 213 del Código Napoleónico establecía que el marido debía proteger a su esposa y esta debía obedecer a su marido. En la Francia del siglo XIX, las mujeres adúlteras podían ser condenadas a dos años de prisión, mientras que los hombres solo eran multados. Además, a las mujeres no se les permitía firmar contratos ni vender nada en los mercados sin el permiso de sus esposos.
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A pesar de estas actitudes, la vida amorosa de Napoleón fue intensa. Se enamoró por primera vez de Desirée Clary, una noble que se convertiría en reina de Suecia, pero su propuesta de matrimonio fue rechazada. Esta experiencia contribuyó a su cinismo hacia las mujeres. Luego conoció a la vizcondesa Marie Josèphe Rose Tascher de la Pagerie, viuda del general Alexandre de Beauharnais, a quien apodaría Josefina. Ambos se casaron en París en 1796. Durante las operaciones militares en Italia, Napoleón enviaba cartas diarias y apasionadas a Josefina, incluso antes de importantes batallas. En estas cartas, alternaba declaraciones románticas con reflexiones centradas en sí mismo y quejas por la falta de respuesta.✍🏻

En los primeros momentos de su relación, las cartas de Napoleón destilaban pasión y alusiones a sus deseos de intimidad. Se ha sugerido que el sobrenombre «petite baronne de Kepen» utilizado por Napoleón en sus cartas podría referirse tanto a las partes íntimas de Josefina como a su perrito faldero. En una ocasión, Napoleón se despidió de Josefina diciendo: «Hasta la vista, mi amor, un beso en los labios y otro en el corazón, esperando el momento en el que pueda estar en tus brazos, a tus pies, en tu seno». Incluso le pidió que no se aseara durante tres días antes de su encuentro para poder impregnarse de su esencia, la cita mas adelante, siga usted leyendo.
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Sin embargo, Josefina estaba entregada a otro hombre, Hippolyte Charles, un teniente de húsares, a quien se llevó a Italia cuando visitó a Napoleón. Al enterarse de la infidelidad, Napoleón inició un romance con Pauline Fourès, esposa de un teniente de caballería. Ante esta situación, Napoleón expresó cínicamente a Josefina: «No puedo soportar a una amante, y mucho menos que tú tengas una».
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A pesar de los conflictos y las infidelidades, la relación entre Napoleón y Josefina perduró durante varios años. Su matrimonio fue el inicio de una vida amorosa intensa y apasionada para Napoleón, quien expresó sus sentimientos y deseos en sus cartas. Aunque su actitud hacia las mujeres reflejaba un profundo sexismo y su obra política era restrictiva para ellas, las fogosas cartas de amor entre Napoleón y Josefina revelan un lado cursi y apasionado del famoso emperador francés.
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«ESPERAME EN TUS JUGOS, NO TOQUES EL AGUA, QUIERO BEBERLOS TODOS, ERES MIA CON LA PASION DE LA CONQUISTA Y DE LA GUERRA»,🪀 expresó Napoleón en una de sus cartas a Josefina, ilustrando la intensidad de su deseo y comparándolo con su ardor por la conquista y la guerra.
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A pesar de las críticas y controversias que rodean la figura de Napoleón, sus cartas de amor revelan una faceta romántica y apasionada que contrasta con su visión sexista y restrictiva hacia las mujeres en otros aspectos de su vida y obra.
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ESCALERA
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Capítulo Dos: Las 10 frases ridículas y cursis en las cartas de Napoleón a Josefina
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10. «El velo está rasgado»: Napoleón expresa su conflicto interno por estar profundamente enamorado de Josefina. La carta fue interceptada por la inteligencia británica y publicada, haciendo de ella un gran escándalo y el ridículo europeo del bate, dejándolo en una situación incómoda, como cuando un profesor lee en voz alta las notas de un alumno rebelde.
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11. «Te detesto»: Después de casarse, Napoleón reclama a Josefina, diciéndole que la detesta y la considera perversa, distraída y tonta. Pero esto es solo el comienzo…
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12. «Espero estrecharte pronto entre mis brazos»: En la misma carta anterior, Napoleón pasa de la animosidad al deseo apasionado, expresando su anhelo de abrazarla y cubrirla con millones de besos cálidos, como si estuviera bajo el ecuador.
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13. «Un beso en el corazón, y otro mucho más abajo» (🪀): Napoleón demuestra sus habilidades de sexting en pleno siglo XVIII, implorando a Josefina que lo visite y compartiendo sus pensamientos íntimos sobre dónde quiere besarla. “ESPERAME EN TUS JUGOS, NO TOQUES EL AGUA, QUIERO BEBERLOS TODOS, ERES MIA CON LA PASION DE LA CONQUISTA Y DE LA GUERRA”. Ni mas ni menos, un loquillo.
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14. «Tus lágrimas me roban la cordura»: Napoleón se vuelve más molesto y exagerado, declarando que las lágrimas de Josefina lo enloquecen y que no puede tener un solo pensamiento que no sea sobre ella.
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15. «Eres mala y perversa, muy perversa»: Los celos de Napoleón están en su punto máximo, acusando a Josefina de ser mala y perversa, y de engañar a su «pobre esposo» y «amante eterno». Sus juegos emocionales están en pleno apogeo.
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16. «Sin su Josefina…»: Napoleón sigue confesando a Josefina que sin ella no es nada. Dramáticamente, habla de sí mismo en tercera persona y se pregunta qué le queda en la Tierra sin el amor de su amada, a pesar de ser ya un emperador de gran parte de Europa.
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17. «No amas a tu esposo»: Napoleón se lamenta de que Josefina no le escriba lo suficiente y afirma que no ama a su esposo. Él esperaba cartas cursis de amor y se siente frustrado por su falta de correspondencia.
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18. «Cuán feliz sería si pudiera ayudar a desvestirte»: A pesar de ser ignorado, Napoleón no puede contener sus deseos y envía mensajes provocativos, expresando su deseo de ayudar a Josefina a desvestirse.
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19. «Adiós, adorable Josefina»: En esta carta, Napoleón sugiere que un día sorprenderá a Josefina, abriendo su puerta de manera estruendosa, como una persona celosa, y encontrándose en sus brazos. Una despedida cursi y melodramática.
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20. «Adiós, mi querida Josefina»: Desde Santa Helena, Napoleón se despide de Josefina antes de su muerte, pidiéndole que se resignen ambos y recordando que nunca la olvidará.
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    SILABARIO:
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    Napoleón, a pesar de ser un gran emperador y conquistador, sucumbió de forma ridículamente ante los embates del amor y los encantos de su esposa, Josefina. A través de estas cartas, se revela su lado más cursi, desesperado y vulnerable, mostrando una pasión desbordante y una dependencia emocional hacia ella.
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    Es evidente que Napoleón se dejó llevar por sus emociones y expresó sus sentimientos de manera exagerada y melodramática. Sus mensajes oscilan entre el amor apasionado y el desprecio, revelando una montaña rusa emocional que refleja su tormentosa relación con Josefina.
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    A pesar de su grandeza como líder político y militar, Napoleón revela su lado humano y nos recuerda que, incluso los más poderosos, son susceptibles a los caprichos del amor. Sus cartas nos hacen sonreír con su sentido cursi del romanticismo y nos muestran que incluso los hombres más poderosos pueden ser presa de las emociones más intensas.
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    En definitiva, las cartas de Napoleón a Josefina nos brindan un vistazo a su vida personal y nos muestran que, sin importar cuán grandes sean nuestros logros, el amor puede convertirnos en seres ridículamente cursis y patéticos.
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    Con una gran carcajada al cursi señor sanguinario y matón que fue Napoleón, ahora viéndolo de cerca como un gran ejemplo de que no basta ser dueño de Europa, señor de los ejércitos, señor de la guerra, victorioso de mil batallas, hombre de trueno y guerra, el mayor general hasta esos tiempos, inmensamente rico, tirano de más de un millón de hectáreas, y jefe de más de cien mil soldados, propios y ajenos: Napoleón Bonaparte, como usted seguramente, y como también, como yo, tenía a su Josefina que lo hacía escribir, –y lo hacía sufrir– y en ocasiones hasta tres veces al día, cartas de amor, cursis y célebres, rosas y lujuriosas, y algunas, francamente perversas. Así, Don Napoleón era un loquillo, mujeriego infatigable y estoy seguro, un mentiroso incorregible:😆✍🏻

Arturo.

“Apunte diario sobre letras hipnóticas” es una columna cultural de interés general que se publica esencialmente en wasap, y se replica ya en al menos 20 países de habla hispana, algunos trabajos se han traducido a diversos idiomas y se publica en medios electrónicos del continente americano, europeo y Asia, hasta dónde yo sé. No persigue fines de lucro y sólo invita a los lectores a fortalecer el buen hábito de la lectura, a través de columnas motivantes y frescas. El correo del autor es
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