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1 de junio, día de democracia por elección de Poder Judicial: Sheimbaum
OAXACA, Oax. 23 de febrero de 2024.- La doctora Adriana Amado, catedrática de la Universidad Camilo José Cela, de Madrid, mostró que Latinoamérica es campeona en desconfianza y que en nuestra sociedad, los gobiernos y los medios son las entidades menos confiables.
Amado disertó en el webinar Comunicar un gobierno cuando todos comunican , organizado por la directora de Consultores y Marketing político, Gisela Rubach, coordinadora del diplomado en marketing político del ITAM. La nuestra, comentó, es una democracia imperfecta, con sociedades vibrantes y participativas, en tiempo real.
“Todo este proceso nos ha generado una disponibilidad de información como nunca antes. En algún momento había que contratar encuestas, esperar que se procesaran y ver qué decían, y cuando teníamos los resultados ya la sociedad estaba en otro momento. Hoy vemos la sociedad a tuit abierto, lo que está pasando, oa meme abierto, lo que está pasando enseguida aparece”, explicó.
En este contexto, señaló que los gobiernos han optado por descalificar y regular el flujo de información en redes sociales en lugar de aceptar esta nueva dinámica.
En América Latina, recordó, se han creado observatorios y marcos legales para intentar controlar el debate público, lo que evidencia la dificultad del poder para similar la participación ciudadana en la conversación digital.
La doctora Amado también abordó la transformación en el consumo de noticias. Explicó que, en los últimos años, la confianza en los medios ha disminuido considerablemente, lo que ha llevado a los ciudadanos a buscar información en otros espacios.
Subrayó que los jóvenes tienen un acceso inmediato a los acontecimientos y que su consumo informativo es más personalizado, pero también más escéptico respecto a las fuentes tradicionales.
Otro tema relevante en su exposición fue la desinformación. Amado recordó que hace ocho años, en las elecciones de Estados Unidos y Brasil, este fenómeno era visto como una amenaza central, mientras que hoy la sociedad parece haber aprendido a convivir con él.
En su análisis, advirtió que la verdadera crisis no es solo la desinformación, sino la falta de confianza entre los ciudadanos y los gobiernos, lo que ha llevado a los líderes políticos a intentar regular las campañas digitales y restringir la libertad de expresión en redes.
La especialista reflexionó sobre el impacto de la pandemia en la comunicación política y la percepción ciudadana.
Explicó que la digitalización acelerada durante la crisis sanitaria transformó la manera en que las personas acceden a la información y se relacionan con el poder.
Afirmó que, en este nuevo escenario, los gobiernos, y por supuesto los medios, deben replantear su estrategia de comunicación para recuperar la confianza de una ciudadanía que hoy tiene más herramientas para cuestionar y debatir la narrativa oficial.
Ahora, dijo, hay una construcción colaborativa de la noticia, en las familias, pero también se da una conversación pública en la sociedad y en las cinco variables que hablan de la calidad de democracia, la participación política va a la alza.
Los que hacemos comunicación, dijo, tenemos que volver a confiar en la gente, en la sabiduría popular, la sabiduría de la multitud, lo que nos está mostrando el big data es que cuando aparece una comunicación incorrecta, son las redes sociales las que señalan el error e incluso, las subsanan.
Esta forma de contar el mundo que usa la sociedad es una manera que no conocíamos y tiene qué ver con confiar en fuentes donde la política y los medios no están.