Nueva realidad social, nuevas estrategias políticas

OAXACA, Oax., 4 de octubre de 2017.- En un sistema democrático como el nuestro, su evolución se da acorde a los tiempos político-sociales.

Cabe mencionar que en épocas pasadas el único medio para acceder al poder público era a través de los partidos políticos, los únicos entes facultados para postular candidatos a los diversos cargos de elección popular eran efectivamente los institutos políticos.

Con la reforma constitucional al artículo 35 fracción II de 2012 y atendiendo el Estado mexicano a resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, se introduce la figura de las llamadas “candidaturas independientes”, es decir cualquier ciudadano hombre o mujer en uso y goce de sus derechos políticos sin necesidad de ser postulado por algún partido político, puede solicitar -cumpliendo previamente con una serie de requisitos- su registro ante el órgano electoral como candidato a un cargo de elección popular desde Presidente de la República hasta concejal de un Ayuntamiento.

Esta reforma estructural rompió con el monopolio de los partidos en la designación de candidaturas, ahora los ciudadanos asumen un rol político de manera independiente, no se deja de lado la política sino por el contrario se fortalece el quehacer político desde la cancha de quienes no se sienten identificados con los colores partidistas.

Se abrió una ventana en el modelo electoral democrático respetando ahora desde la vía independiente el derecho humano a participar en la vida política-electoral de México; el órgano reformador de la constitución introduce esta figura en beneficio de la ciudadanía que no milita, no es miembro activo y mucho menos simpatiza con la política partidista.

Cada proceso electoral es indudablemente distinto, las reglas del juego cambian y se ajustan a las nuevas realidades sociales del momento histórico, por ende la estrategia electoral, el discurso y las tácticas evolucionan paralelamente a las nuevas disposiciones normativas.

Hoy México, en vísperas del histórico proceso electoral de 2018, vive una etapa muy distinta, algunos estados como Oaxaca tendrán cinco elecciones concurrentes, el árbitro electoral va a ser puesto a prueba ante lo mayúsculo de la elección que se avecina, un ejército de ciudadanos y funcionarios electorales se preparan para continuar sirviendo en la construcción democrática, pero a pesar de ello, cabe decirlo, nuestro sistema de partidos pasa por un momento crítico pues surgen desde lo local y del centro del país nuevas propuestas, opciones y desencantos de los ciudadanos en torno a las elecciones del próximo 2018.

El dolor y la tragedia de los sismos de septiembre pasado movieron las fibras más sensibles de la gente (el electorado mexicano), el ciudadano de a pie rechaza abiertamente las campañas electorales bajo los argumentos de significar gastos innecesarios en propaganda tirada a la basura, dinero destinado al gasto electoral pero sin ningún beneficio directo al ciudadano, las voces claman que esos recursos sean para la reconstrucción de los estados afectados, propuesta ya aceptada por los partidos políticos y el Instituto Nacional Electoral buscando los mecanismos legales de su efectiva ejecución.

Las nuevas estrategias político-electorales deben orientarse hacia la utilización de la propaganda digital, uso responsable de redes sociales como Whatsapp, Facebook, Twitter, Instagram y Youtube, creando un nuevo modelo de comunicación política acorde a tiempos actuales y pensando en las distintos sectores de la sociedad.

De esa manera se generan ahorros en papelería, utilitarios, lonas, pósters y todo tipo de publicidad que difícilmente a los ciudadanos hoy en día les interesa; las redes sociales afortunadamente permiten criticar, opinar y proponer soluciones ante los grandes problemas.

Desde las redes se pueden hacer campañas novedosas y sobre todo interactuar en tiempo real con el elector, el contacto entre candidato y ciudadano es directo en una transmisión en vivo evitando estar horas y horas en un mitin político donde solo habla el candidato y la gente escucha.

Pero no solamente se requiere una ciudadanía informada y actualizada con las nuevas tecnologías, se requiere un pueblo educado y preparado para asumir su rol de actor social.

Las campañas electorales tradicionales están en decadencia, al candidato o candidata (de partido o independiente) le corresponde acercarse al ciudadano, hacer campaña de tierra, visitarlo en su colonia, en su barrio, en su calle, en su casa, convencerlo con propuestas posibles y no con promesas falsas, así como empieza la reconstrucción de México también debe empezar la reconstrucción de nuestro sistema político por el bien de nuestro futuro.