Xandú, oportunidad para mantener unidad y tradición en Oaxaca: Jara
OAXACA, Oax. 22 de julio de 2019.- Oaxaca ofreció este lunes su primera Guelaguetza, la fiesta que más que explicar, se debe vivir, para vibrar con cada uno de los bailes.
La rotonda de la azucena, un sitio que desde los años 40 congrega aquí a las etnias indígenas de Oaxaca, se vistió de nuevo de colores con hermosos trajes típicos.
Es el Primer Lunes del Cerro, el que cimbra con la música de bandas, el que muestra la riqueza cultural de la entidad, el que concentra aquí a turistas nacionales y extranjeros que cruzan el mar para conocer más del origen indígena de México.
Es la fiesta grande de julio, la máxima expresión del indigenismo en Latinoamérica y la muestra cultural que cautiva a propios y extraños.
Las ocho regiones participantes dieron muestra de sus mejores coreografías, algunas que vienen de tiempos inmemoriales como la danza de la pública que rememora La Conquista.
Nadie puede evitar mover los pies, alzar el sombrero y sentir la emoción de corear con miles la Canción Mixteca o disfrutar el ritmo de las mujeres del Istmo que combinan elegancia y distinción.
Cada una de las regiones tiene su magia, sus costumbres. El auditorio Guelaguetza estuvo al tope este Primer Lunes, sin contratiempos, ni afectaciones por parte de grupos que amenazaban con boicotear la fiesta.
El secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués, quien fue el representante del presidente de México, quedó cautivado con el espectáculo dancístico.