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OAXACA, Oax. 25 de diciembre de 2020.- El orfebre oaxaqueño, Delfino García Esperanza, creó una joya de filigrana para la reyna Letizia.
Esto fue en 2004, cuando lo contrataron para elaborar una pieza como regalo de su enlace matrimonial con el rey Felipe VI.
En el baúl de sus recuerdos, don Delfino narró a Quadratín este hecho que evoca con entusiasmo en estas épocas.
Originario del barrio Consolación, o La Noria, lleva 61 de sus 75 años trabajando en el oficio.
Hace décadas, la elaboración de joyería estaba en auge.
Delfino obtuvo diversos premios y reconocimientos por su trabajo, verdaderas obras de arte.
En 2004, un corresponsal de México y Centroamérica para la televisión española, acudió a Oaxaca con la recomendación del orfebre para encargar una pieza única: un collar de filigrana con un ramo especial.
“Me hablaron que tenía que hacer un trabajo especial para la princesa Letizia, se iba a casar con el rey Felipe de España”.
Al taller del orfebre, llegó un emisario que le llevó el bosquejo para la pieza, era una creación especial por sus múltiples detalles, contó.
Dijo que en esta pieza no querían ni tres hojas, por ser de mal agüero y tampoco perlas, porque según sus creencias causan tristeza.
“Aquí se volvió a hacer el dibujo y cuando aprobaron el diseño, se empezó a trabajar e incluso, pedí ayuda a mi hermano Pedro, mi maestro en este trabajo, para terminarla”, detalló.
Entre otros premios, Delfino obtuvo el primer lugar en el concurso nacional Las manos de México en 1999, por la elaboración de un ajuar de novia.
En el año 2000, ganó el primer lugar en un concurso estatal por la elaboración de un collar y pulsera de filigrana con perla de río.
Mientras tanto, en el 2004 le encargaron una corona para la virgen de la Soledad de San Bartolo Coyotepec.
García Esperanza dijo que este arte de la filigrana está desapareciendo, al igual que la elaboración de huaraches, trajes tradicionales, entre otros objetos que antes eran únicos.
Contó que a sus 14 años empezó en este oficio y como cualquier trabajo, se dificultó al inicio, con el paso del tiempo, con ganas y perseverancia, obtuvo la destreza.
“Se tiene que dominar la plata al trabajarla, acariciarla como a una mujer y también hacer las piezas para ella”.
Destacó que debido a la crisis generada por la pandemia bajaron las ventas, aunado a la desvalorización de las creaciones artesanales y otros factores, ponen en riesgo la permanencia de la orfebrería.
“Con el tiempo tenderá a desaparecer. Hay muy pocos joyeros y en el mercado, la gente local repela mucho, los extranjeros son quienes valoran más las piezas”, indicó.