Propone UNAM técnicas tradicionales para revertir la desertificación

CIUDAD DE MÉXICO, 17 de junio de 2017.- Entre el 70 y 75 por ciento de los suelos del planeta padecen algún grado de desertificación, lo que significa que la tercera parte de la corteza terrestre es desierto y semidesierto, aseguró Luis Luna Montoya.

El titular del Laboratorio de Suelos del Colegio de Geografía, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, señaló que para detener y revertir la degradación de la tierra es necesario regresar a técnicas tradicionales de agricultura, evitar fertilizantes químicos y descansar al suelo entre siembras.

En el marco del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, el cual se celebra este 17 de junio, el catedrático comentó que en México, 75 por ciento del suelo se cataloga en tres categorías: frágil (potencialmente en riesgo de perderse), árido o semiárido, lo que implica que la mitad del territorio presenta sequía en diferente grado.

Asimismo, mencionó que 450 municipios de 19 estados del país sufren por ese fenómeno, y los más afectados son Oaxaca, Sonora, Chihuahua y Zacatecas. De ahí que este día busca crear conciencia acerca de este problema emergente.

Recordó que de 1950 a la fecha, el fenómeno de la desertificación crece 30 a 35 veces más rápido en comparación con siglos anteriores, y lo que hoy se tiene es pérdida de suelos agrícolas por la desertificación, la cual ocurre por la degradación del suelo y la falta de agua, pues sin ésta no hay agricultura.

La desertificación es el proceso de crecimiento de las zonas áridas y semiáridas por efecto de la actividad humana; mientras que el fenómeno de desertización es el crecimiento, avance y movimiento natural de los desiertos, explicó.

El especialista indicó que entre los factores que inciden en la desertificación están la pobreza, la deforestación, las prácticas agrícolas inadecuadas y el sobrepastoreo (uso excesivo del suelo para ganadería).

Subrayó que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mil millones de personas se localizan en zonas de riesgo, áreas que están en proceso de transición, con suelos con algún grado de erosión, y el común denominador de estas comunidades es que son pobres y padecen falta de alimento”.

El investigador refirió que la desertificación provoca movimientos humanos importantes, lo ha hecho históricamente y ahora hay una crisis al respecto.

Entre el 2000 y 2015, el número de migrantes por desertificación aumentó de 173 a 244 millones de personas en el mundo.