Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
Armando Ríos Ruiz | Perfil de México
OAXACA, Oax., 18 de febrero de 2018.- Los candidatos de Morena y del PAN están enfrascados en una contienda, no sólo por la Presidencia de la República, sino por ofrecer cargos que mantengan a sus seguidores como incondicionales.
Se trata de una especie de subasta. Por cierto, en el primer caso se ha ofrecido tanto, que ya no quedan puestos más que de policías de crucero.
El mismo AMLO advirtió a quienes deseen sumarse que quienes quieran puestos vayan al mercado. La lucha no es por puestos, sino por transformar al país y por lo tanto “no nos enajenemos pensando que los cargos es lo más importante”
Sin embargo, la desbandada de otros partidos a Morena, no se debe a una idea romántica de acercarse porque comulgan con las doctrinas pejistas o con la forma de pensar y de proceder del tabasqueño. Está más que claro que quienes han corrido a esas filas es porque las encuestas dicen que el partido del Peje está arriba y que “si las elecciones fueran hoy, ganaría por un margen amplio”
Han abandonado todo, como quienes seguían a Jesús y lo dejaban todo, convencidos de que era la salvación y la gloria.
En el caso del candidato de Morena, la idea es distinta. No creen que el Peje sea la salvación y la gloria -está muy lejos de ser remotamente parecido al Divino Maestro, aunque él crea lo contrario-, sino que ofrece la esperanza de acomodo en algún puesto redituable.
No hay puestos para la pelusa. Esos están en el mercado. Hay para quienes tienen nombre. Para quienes pueden llevar consigo a más votantes. Para quienes han ocupado lugares importantes en el pasado reciente. Como el caso de Germán Martínez, ex dirigente del PAN, a quien ofreció la Fiscalía General de la República.
No hay puestos para quienes son nadie. Esos creen a ciegas en el mesías chiapaneco y no necesitan cargos que seguramente ni podrían manejar. Esos creen hasta en lo más profundo de su ser en que, una vez que el Peje se convierta en primer Mandatario, cambiará su vida e iniciarán la escalada hacia la riqueza que tanto han soñado. Para eso servirá el cambio.
Alfonso Durazo Montaño, ha trabajado con militantes de todos los colores. Lo mismo con el PRI que con el PAN. Se sumó a Morena y ahora tiene promesa de ser el próximo Secretario de Seguridad Pública, sin que importe que no conozca un ápice el tema.
Ricardo Anaya, candidato del PAN al mismo cargo que El Peje, hace cosas parecidas con sus incondicionales. La Comisión Permanente del PAN evaluó el fin de semana la lista de candidatos a senadores por la vía plurinominal. Es decir, a quienes serán posiblemente senadores sin gastar un peso en campaña, porque no es necesario hacerla.
Entre los más destacados figura Miguel Ángel mancera, actual jefe de Gobierno capitalino, quien apoyó al queretano para que alcanzara la candidatura de la coalición Por México al Frente y a quien el aspirante considera parte fundamental del mismo.
También Rafael Moreno Valle es otro pilar de la coalición. Aceptar con pocos remilgos a Anaya como candidato, costó el consentimiento de que su esposa Martha Erika Alonso Hidalgo se convirtiera en candidata al gobierno de Puebla. La señora se vio instada a dejar la secretaría del Comité Estatal del blanquiazul. Con esas credenciales y larga experiencia, ni duda de que hará un excelente papel.
Existe por ahí una media docena más de candidatos plurinominales al Senado. Quien desee un cargo, debe tener un buen currículum. Quienes no llenen este requisito en ambos partidos, mejor absténganse.