Cortinas de humo
OAXACA, Oax., 2 de mayo de 2021.- En medio de la lucha por el poder y en contra de la Covid 19, la intensidad de los cambios cotidianos y la estridencia de sus ecos mediáticos conviene no perder de vista el fondo de la trama contemporánea y sus múltiples implicaciones.
El fondo de la trama es el presunto fin de la globalización neoliberal acelerada en los años noventa, vulnerada por sus propios excesos vía la Gran Recesión de 2008-2009 e infectada de muerte por la pandemia 2020-2021. ¿Habrá vacuna para ella?
La desglobalización y los nuevos nacionalismos; la competencia entre China, Rusia y los Estados Unidos; la cuarta revolución industrial de la biotecnología digital y fuentes alternas de energía; la renovación del contrato entre estado y sociedad; el fortalecimiento del sector público gubernamental ante el sector privado; la defensa de grandes mayorías vulneradas o el tembloroso rediseño del papel de la comunidad internacional para convertirse en redes de soporte de derechos colectivos e individuales básicos son apenas algunos de los indicadores a la vista del cambio en curso hacia el mundo por venir.
Otros más se observan del lado de sociedades, mayorías y minorías activas, pueblos y comunidades movilizados en contra del status quo y los privilegiados, la concentración desproporcionada e injustificable de recursos de todo tipo, la destruccion irreversible del planeta y la hiper-cosificación de la vida, el espíritu y la mente.
Emerge una conciencia social de ámbito local-nacional que se revela y tiende a coordinarse vía digital –por cierto– para intentar la recuperación de valores esenciales que deben seguir siendo compartidos sin negar el pluralismo, la diversidad o la singularidad de los multiversos.
Desde luego, los riesgos acechan en procesos de cambio de tal magnitud histórica multinivel.
En el ámbito más amplio, en el nivel global, la lucha por prevalecer puede seguir incentivando durante lustros o décadas el ascenso o la caída absoluta o relativa de antiguas o recién forjadas potencias nacionales o regionales que pueden arrastrar en esos procesos a países dependientes o insertos en su periferia como México en relación con los Estados Unidos o países europeos o asiáticos ante Rusia y China.
En la dimensión intermedia, la dimensión interregional internacional, el eje asiático continua su trayectoria imparable que tiende a dejar a Europa y las Américas en un modesto lugar subordinado en la reconfiguración del mapa geoestratégico. ¿Podrá Estados Unidos balancear ese proceso?
Todo ello sorprende a los estados y sociedades, grupos y personas ubicados en diferentes posiciones y con medios diferenciados hacia adentro de sus respectivos países.
Un común denominador muy visible es el desequilibrio, salvo excepciones, entre clases sociales y minorías y mayorías étnicas y culturales, y las disparidades y capacidades regionales y locales.
Uno de los factores clave a considerar en el mundo que viene es la forma y calidad de los sistemas políticos de gobierno, partidos e instituciones electorales, así como sus correspondientes liderazgos y burocracias.
En diferentes países, con todo y sus vetustos o disfuncionales sistemas políticos, léase Estados Unidos o Italia, sus gobiernos se aprestan a reactivar sus economías, sectores y regiones rezagadas y azotadas por la pandemia.
En México las elecciones, con todas las debilidades y crisis que registra el sistema político y el esquema constitucional, por fortuna siguen siendo el mecanismo que estimamos idóneo para resolver la competencia por acceder al poder del gobierno y desde allí coordinar políticas para encarar los grandes problemas que padecemos.
En cualquier escenario, el sistema electoral: el actual o su versión futura ajustada o adaptada a las circunstancias cambiantes, deberá continuar siendo el instrumento democrático y constitucional a través del cual las fuerzas y liderazgos políticos relevantes accedan al gobierno y conduzcan a la sociedad dentro de la Constitución democrática hacia un lugar más seguro y en condiciones dignas para la mayoría.
Errores o contradicciones graves en tan delicada operación harán mucho más difícil ubicarnos en mejor posición en este mundo que se transforma aceleradamente
Es tiempo de la coherencia, la consistencia y la corresponsabilidad máxima ante el futuro que viene, y que cada día que pasa está más en el presente.