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DURANGO, Durango, 16 de septiembre de 2016.-En medio de gran algarabía, entre aplausos, porras y al grito de ‘sí se pudo’, este 15 de septiembre, fecha emblemática y nacional, quedará marcado en la memoria de miles de duranguenses que fueron testigos de la llegada del primer gobierno de alternancia en la persona de José Rosas Aispuro, luego de más de 40 años del PRI en el poder.
Y nadie más que un ex priísta pudo quitar la hegemonía tricolor, aunque ahora enarbolando los colores del PAN; Rosas Aispuro llegó al poder cobijado en la figura de la coalición o alianza que su partido hizo con la llamada izquierda mexicana, el PRD.
En un hecho singular, e incluso sui generis, el Congreso estatal de Durango trasladó su sede al Centro de Convenciones de la ciudad donde llevaron a cabo la sesión solemne de cambio de poderes, y donde tuvieron como testigos, además de figuras políticas de todos los colores partidistas, numerosos grupos de la sociedad civil de extracción panista.
Fue así como en una suerte de coincidencia, montaron en un gran escenario una reproducción del Congreso estatal con las curules, la Tribuna y la Mesa Directiva donde se encontraban el gobernador saliente, el priista Jorge Herrera, así como el secretario de Salud, José Narro en representación del presidente Enrique Peña Nieto.
Pero el espectáculo apenas iniciaba y es que luego de hacer los Honores a la Bandera y entonar el Himno Nacional, las aproximadamente 10 mil personas que llenaron el escenario no paraban de aplaudir a su nuevo gobernador, hasta que llegó uno de los varios incómodos momentos que vivieron los priistas presentes, empezando por el ahora ex gobernador.
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