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OAXACA, Oax., 24 de septiembre de 2020.- Tomasa es una perrita color negro que porta orgullosa la camisola que sus amigos y dueños, los trabajadores de una gasolinera en la ciudad de Oaxaca, le colocaron para protegerla del frío y la lluvia.
Le intimida un poco la cámara, prefiere esconderse entre las bombas de la gasolinera, donde acuden sus amigos los despachadores y empleados de la gasolinera para apapacharla y brindarle confianza.
Tomasa, “la negra”, como también le llaman los empleados de la gasolinera Faja de Oro, en Santa Rosa Panzacola, llegó hace un año y medio a ese negocio.
“Un día apareció y no se quiso ir”, narró Diana Ruiz, una de las encargadas de cuidar a Tomasa.
A partir de ese momento, los empleados comenzaron a alimentarla con croquetas, a darle agua, y, en algunas ocasiones, alguna golosina con el afán de consentirla. Eso sí, teniendo cuidado de no provocarle algún mal estomacal al animal.
Tomasa está esterilizada y tiene su cartilla de vacunación que demuestra que tiene todas sus vacunas, muestra del cariño y responsabilidad de sus dueños, quienes han procurado mantenerla sana y que no represente un riesgo para los clientes y transeúntes.
Diana narró que Tomasa es una sobreviviente, hace meses, otros dos perros le hacían compañía: Aquiles, quien fue robado por individuos desconocidos, y Canela, otra perrita que fue atropellada por el descuido de un cliente que acudió a cargar gasolina y no la vio cruzarse en su camino.
Aunque Tomasa lleva más de uno año viviendo en la gasolinera, fue apenas hace unas semanas que le pusieron la camisola de los empleados, que la gente comenzó a percatarse del animal y le empezó a tomar fotos.
“Tomasa tiene aproximadamente 5 años, y lleva un año y medio con nosotros; por el día principalmente duerme, pero en la noche cuida y vigila la gasolinera, quizás por agradecimiento”, contó Diana.
La perrita se muestra tímida ante la cámara pero disfruta mucho del cariña de Diana y de los otros empleados de la gasolinera, quienes la cuidan para que no ocurra otro accidente como el de Canela.
“Pedimos a los conductores que tengan cuidado con Tomasa cuando cargan gasolina, porque ella anda caminando libremente en el lugar”, solicitó Diana.
Tomasa es uno de los miles de perros callejeros en la ciudad de Oaxaca. Muchos de ellos no encuentran un hogar con cariño como el que ella recibe.
Las asociaciones de defensores de animales siempre han exhortado a la población a que adopte a sus mascotas en lugar de comprarlas, así como esterilizarlas para evitar una mayor proliferación.
Tomasa es un ejemplo de que la compañía de un animal adoptado puede proveer de amor y alegría cualquier lugar y a cambio, se le brinda una vida digna a las mascotas.