Presentan muerteada de cuentos 2024 de Seguimos leyendo
“Para que se logre una buena biografía se requieren dos condiciones que no siempre son fáciles de lograr: tener un buen biografiado, o sea un buen personaje, con el que se pueda hacer una magnífica biografía, porque si el personaje es aburrido, el resultado va a ser cuestionable; pero también hay la posibilidad de que, teniendo personajes extraordinarios, el biógrafo no esté a la altura de éste. En este libro son dos condiciones que están absolutamente cumplidas”, aseguró el historiador Javier Garciadiego, miembro de El Colegio Nacional.
Durante el lanzamiento de la segunda edición de la biografía Vida de fray Servando —cuya primera edición fue galardonada con el Premio Xavier Villaurrutia 2004—, Garciadiego reconoció que estamos ante el trabajo de “un gran biógrafo”, quien, desde la perspectiva del historiador, produjo “una biografía ambiciosa en todos sentidos”.
“Un personaje sobre el que no dejó dudas, espacios, y miren que fray Servando tenía espacios oscuros, pero poco documentados y, para comenzar, su infancia; pero es una biografía en la que se dedicó a revisar el mayor número de acontecimientos y de procesos en la biografía de fray Servando y eso es lo que hay que destacar: es una es una biografía muy documentada, aun cuando no es pesada”.
Coeditada por El Colegio Nacional, Grano de Sal y la Universidad Autónoma de Nuevo León, la biografía se definió como un recuento pormenorizado de la vida convulsa de fray Servando, en especial del contexto en el que estuvo inmerso y los conflictos bélicos e ideológicos en los que participó, en este caso, narrado de manera que no se cae de las manos del lector, cuando la documentación sobrepasa al personaje o “lo mata la redacción”.
“Es una biografía ambiciosa, fuerte, porque trasciende al personaje: no se limita a fray Servando, como sucede con algunos biógrafos que persiguen a su personaje y no se salen de él o de ella; en el caso de la biografía de fray Servando, Christopher nos explica sus dimensiones nacionales o, incluso, internacionales, como cuando habla de que era dominico y se remonta a Santo Domingo de Guzmán o a Santo Tomás de Aquino”, a decir de Javier Garciadiego.
De este libro se obtiene mucho más que la biografía de fray Servando, de por sí una vida rica, y también es una biografía que no es normal, no es común en México, trasciende al país, pensando que los historiadores o los politólogos mexicanos “no logramos romper la barrera del nopal y no sabemos hacer análisis de otras experiencias, de otras latitudes”.
“La mitad de este libro sucede fuera de México; de hecho, fray Servando sale del país allá por 1794 y regresa hasta 1817, además que no estuvo nada más en un lugar. Pasó por España, Portugal, Italia, Francia y, sobre todo por el impacto, por la influencia, tuvo una estancia en Londres imprescindible: no entender los años de fray Servando en Londres es no entender a Servando”.
Luego de reconocer que los últimos años, la historiografía de la independencia ha estado mejor atendida que la de la Revolución, Garciadiego también se preguntó porque fray Servando no ha generado la historiografía que se merece, “a lo mejor porque nos estamos enfrentando a un personaje que es más interesante que importante”.
“Me refiera a que las dos grandes luchas de fray Servando, como fue cuestionar el mito de la aparición de la Virgen de Guadalupe, el mito tradicional de Juan Diego —no cuestiona a la Virgen de Guadalupe, sino al mito de la aparición—, pero el caso es que esa batalla la perdió: México sigue siendo un país muy guadalupano”.
La segunda gran batalla de fray Servando fue su propuesta en el congreso constituyente de 1824 de alejarse del federalismo radical, aun cuando los diputados terminaron por irse por esa línea, “el resultado es que tuvimos un Estado central débil a lo largo del siglo XIX, no hubo construcción de instituciones, sino muchas rebeliones, intervenciones extranjeras, pérdida de territorio”.
“Todo esto producto de tener un Estado central débil y Mier nos advirtió contra eso”, enfatizó el historiador durante la presentación de la biografía, cuya moderación estuvo a cargo de Alejandro Cruz Atienza, director editorial de El Colegio Nacional, realizada de forma presencial en el Aula Mayor de la institución y transmitida por sus redes sociales.
Un milagro
Más allá de la condición del biografiado, para Christopher Domínguez Michael, miembro de El Colegio Nacional, la posibilidad de contar con una segunda edición de Vida de fray Servando no deja de ser “un milagro, por el momento que atravesamos y por la dimensión del volumen”.
“Me sorprende mucho que haya pasado tanto tiempo desde la primera edición y, ahora que estuve trabajando con Grano de sal esta segunda edición —muy corregida y ligeramente aumentada, ‘es muy poco lo que agregué nuevo’—, me sucedió eso que acaso a otros escritores o historiadores les ocurre: no sentía que estuviera leyendo mi libro, sino el de otra persona. No puedo negar que el libro me gusta, me simpatiza, pero si sentía una distancia que me gustaba y no me gustaba”.
En ese sentido, el crítico literario confesó cierto temor al momento de empezar a trabajar en la biografía de fray Servando, en particular porque suele estar en contra del género de la biografía novelada o la novela histórica, “excepto cuando es muy buena”, por lo cual, si le preguntaban en qué trabajaba, se dio cuenta que había un interés muy especial detrás:
“Por razones no muy interesantes, no tuve estudios universitarios: lo que quería hacer con este libro eran los estudios universitarios que no pude culminar y quise hacer una obra que fuese si no académica, al menos profesional; entonces, juro ante todos ustedes que no hay absolutamente nada que haya inventado en el libro, porque la vida de fray Servando es tan rica que no se necesita inventar nada, lo que yo quería era poner en orden la inmensa cantidad de documentos y libros que había sobre el doctor Mier, como le dicen en Monterrey, pero que no estaban en un solo soporte”, aceptó Domínguez Michael.
En el acto, el colegiado aseguró que su intención primordial fue hacer una síntesis de la vida y la obra de fray Servando; incluso, si acaso le preguntan sobre el descubrimiento de algo notable sobre su vida, “la respuesta es: no”, a pesar de haberlo buscado y “lo busqué con humildad”.
Entre lo más interesante está su visita, durante dos semanas, en los archivos del Vaticano, “lo cual da para una novelita o una memoria”, con el propósito de descubrir “uno de los dramas burocráticos de la vida de Fray Servando, que se vuelve existencial: él no tenía una cosa que se llama el breve de secularización; es decir, el papelito otorgado por la oficina del Papa, que lo hacía pasar de fraile a sacerdote ordinario”.
“Esta parte fue clave, al grado que los dominicos lo enterraron como dominico. Aquí voy con la relación de Octavio Paz: así como Paz fue un hombre formado en la izquierda, lo que se entendía por izquierda en el siglo XX, que luchó contra esa naturaleza por encontrarla inclusive perversa, fray Servando, a su vez, luchaba con su naturaleza de dominico”.
Una etiqueta que no se pudo quitar de encima, al grado que cuando lo agarran en Soto La Marina, desembarcando con Mina, lo que le salva la vida es ser fraile, porque si hubiera sido un sacerdote ordinario, “lo pasan por las armas” y, en cambio, un fraile tenía que ir directo a la Inquisición.
“Eso le garantizó una reclusión, entre 1817 y 1820, que le permitió escribir sus memorias: si fray Servando no hubiera escrito sus memorias, no hubiera suscitado al interés de la literatura hispanoamericana, porque este texto maravilloso es una de las grandes obras de nuestra prosa”, en palabras de Christopher Domínguez Michael.
La presentación de una nueva edición del volumen Vida de fray Servando, de Christopher Domínguez Michael, con los comentarios de Javier Garciadiego, se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.