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Signos y Señales
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de junio de 2017.- Desde el viernes empezaron a circular fotografías del impacto en todo Oaxaca, de la Tormenta Tropical Beatriz, en unas regiones más que en otras, lo lamentable hubo varios muertos y quedaron lastimados algunos caminos: en San José de García, se llevó ocho metros de carretera. y un puente quedo fracturado, el de Magdalena – Tequisistlan, en la carretera de Oaxaca al Istmo.
Las lluvias han sido intensas en la Costa, particularmente en Pochutla, Puerto Escondido y Huatulco, con afectaciones en la Mixteca. Lo mismo en algunas zonas del Istmo como en Santa María del Mar y Guelaguichi. Han sido tan intensas las lluvias que por otra parte la Presa de Jalapa del Márquez creció hasta llenarse a tres quintas partes, cuando estaba en poco menos de 14 por ciento de su capacidad, lo que permitirá un repunte agrícola en la Zona. Una buena.
Esto me recordó lo que pasó en octubre de 1997 con el ciclón tropical Paulina cuyo impacto fue terrible, siendo uno de los que provocaron más muertes, destrucción de infraestructura productiva, carreteras, en las viviendas de los pobladores. Por supuesto el costo de la reconstrucción fue inmenso, en Oaxaca y Guerrero.
De acuerdo a información en internet, dicho huracán alcanzo su máxima categoría -215 km/hora y rachas de viento cercanas a los 240 km/hora, ingresando a Oaxaca por Puerto Escondido. Dos días después llegó a Guerrero, cuando Acapulco quedo destrozado.
Las diversas estimaciones contabilizaron entre 150 y 400 personas muertas, alrededor de 300 mil quedaron sin su casa, y el costo de la reconstrucción se aproximó a los 80 mil millones de pesos, alrededor de 8 mil millones de dólares de ese año (información de Wikypedia).
En ese momento no había un instrumento financiero integral para apoyar a las entidades federativas y municipios para enfrentar la emergencia y posteriormente la reconstrucción de este tipo de eventos, siendo nuestro país uno de los más afectados en el mundo, por desastres naturales de todo tipo.
En el caso de Oaxaca la respuesta de las autoridades estatales fue oportuna, diligente y correcta, responsabilizándolo el gobierno federal de la reconstrucción, algo diferente fue en Guerrero.
En 1996 ya existía en el Ramo 23 del PEF un programa para enfrentarlos, sin embargo fue hasta el último año de la Administración del Presidente Zedillo, el momento en que se establecieron las primeras Reglas de operación del Fondo de Desastres Naturales –el Fonden- para rehabilitar y reconstruir, en el ámbito de los tres órdenes de Gobierno, -particularmente carreteras y puentes-, infraestructura, viviendas de familias de bajos ingresos y el rescate de recursos naturales, como las selvas y lagunas.
Hoy por supuesto ha evolucionado el Fonden, en algunos estados ya existe la cultura de la prevención, pero la pobreza y la desigualdad dejaran siempre regiones y gente desprotegida y es donde son más dañinos y recurrentes son los desastres naturales.
Es el caso por ejemplo de infraestructura a la que no se la hado mantenimiento. Hoy el Fonden se dividió en dos instrumentos financieros, ambos manejados por Banobras: el propio Fonden que sigue siendo el Fondo para la reconstrucción y es el que tiene más recursos, y el Fopreden, este es el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales.
Por supuesto para Oaxaca se deberá activar a partir de que la Secretaria de Gobernación declare la existencia del desastre. Pero… hay un pero, el pari passu que se exige a los gobiernos estatales y municipales, de 50-50 en lo general, para poder recibir recursos del Fonden.
Ojala se ayude a Oaxaca.