Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Rancho Las Peñas, Tezoatlán, Huajuapan, Oax. 25 de agosto de 2010 (Quadratín).-El río salado que atraviesa las tierras de este núcleo poblacional, aumenta su caudal cada momento, ante las torrenciales lluvias que caen en la parte alta de las montañas de Monteverde, sin embargo, no ponen en riesgo de desbordamiento o de inundaciones graves, por la amplitud de su caudal, señalaron en entrevista campesinos de la comarca.
Los jornaleros Jacinto Urbano, Tomás Torres y Juventino Castro expresaron que, desde que iniciaron los diversos frentes fríos, que provocan torrenciales lluvias en la mixteca oaxaqueña, se ha visto beneficiada por el vital líquido tanto en sus siembras como en los mantos acuíferos de la región.
Reconocieron que los hombres del campo no están capacitados para enfrentar una situación difícil como inundaciones y el desbordamiento del rio y arroyuelos que circundan los más de 18 pequeños ranchos que se asentaron en ambas márgenes del rio.
Señalaron que las instancias gubernamentales, específicamente del rubro de protección civil, no los toman en cuenta, para brindarles capacitación.
Quizás, porque somos rurales, y que nuestras vidas, tampoco valen para los gobernantes, solo se preocupan por los que viven en ciudades como Huajuapan de León, y la propia ciudad de Oaxaca, afirmó Jacinto Urbano.
Revelaron que los campesinos de la comarca han sufrido pérdidas de ganados, menores y vacunas y comentaron que hace dos días observaron que el río arrastraba el cuerpo de una vaca, y que en días anteriores la afluencia pluvial arrasó con cuatro chivos, de pastores de poblados vecinos, ubicados cerca del afluente.
Indicaron que el río salado a pesar de su enorme amplitud, puede desbordarse de un momento a otro, si sigue lloviendo fuerte en las montañas de Monteverde, ya que las afluencias provienen de las barrancas que bajan de la parte alta.
Los indígenas del campo, también sabemos enfrentar las inclemencias del tiempo, estamos tomando providencias a nuestro propio modo y estilo; porque los pueblos vecinos se organizan y de manera solidaria participan en las eventualidades que se presentan, no solamente en el caso especifico de lluvias, sino que también de índole social y cultural, entre otros, agregaron.