
Mantiene SSPO activo el Plan de Apoyo a la Población en el Istmo
Oaxaca, Oax. 7 de enero de 2011 (Quaddratín).- Durante un mes, Jackeline, originaria de El Salvador, y sus hijos, Josué, Alexander y Cristian de cinco, cuatro y dos años de edad permanecieron asegurados en las instalaciones de la delegación del INM en el Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca.
En ese lapso, la mujer y los niños no podían salir del edificio ubicado en el antiguo Palacio Federal. El viejo y frio inmueble los llevó a compartir los escasos rayos del sol -que de vez en cuando se asoman- con un grupo de hombres y mujeres chinos, asegurados a orillas de la capital.
El más pequeño de los niños tiene tos pero se entretiene jugando agua que escurre de la ropa tendida entre viejos escritorios y sillas de plástico. Mientras, sus hermanitos ven la tele con dos oficiales.
Jackeline, está preocupada y por momentos llora, en cuestión de horas van a separarla de los tres niños que procreó en Estados Unidos.
Según su versión, después de siete años de vivir en la Unión Americana donde llegó sin papeles, trabajó en un auto lavado y formó una familia, decidió visitar a sus paisanos acompañada por sus hijos.
Sin embargo, el regreso se complicó porque para abordar el tren carguero que parte de Arriaga, Chiapas a Ciudad Ixtepec, en el Istmo de Tehuantepec, confió a dos hijos a pasajeros desconocidos.
Por momentos creí que los había perdido. Fueron horas de angustia. Mientras unos iban en un vagón, el otro viajó en la cubierta de La Bestia (el tren), refirió.
En Ixtepec pidió un raid al municipio de Juchitán de Zaragoza, donde abordó un autobús a la Ciudad de Oaxaca. Treinta kilómetros antes de llegar los agentes del INM la aseguraron sospechosa del delito de trata de personas.
Después de conocer el testimonio de los niños, los agentes de migración permitieron a la mujer acercarse a ellos aunque fue advertida de que sus hijos iban a ser repatriados a Estados Unidos y ella a El Salvador.
Una y otra vez, intentaré llegar a los Estados Unidos. Voy a recuperar a mis hijos, subrayó.
El agente consular de los Estados Unidos en Oaxaca, Marck Leyes tramitó la documentación oficial acta de nacimiento, pasaporte, visa– de los menores. Posteriormente, bajo la custodia de los oficiales de Protección a la Infancia del INM, los niños viajaron en avión a Los Ángeles para reunirse con su padre.
Sin embargo, el destino dio un revés en la historia de Jackeline y los tres niños.
La delegación de migración le entregó a la salvadoreña una visa humanitaria que el facilitó el libre tránsito en el territorio mexicano.
Una vez concedido el permiso, Jackeline, logró llegar a Tijuana, Baja California, donde después de varios intentos logró cruzar la frontera para encontrarse con Josué, Alexander y Cristian.
El Instituto Nacional de Migración (INM) alertó en julio pasado sobre el incremento de niños, niñas y adolescente migrantes centroamericanos, sin acompañantes adultos, que cruzan por Oaxaca en su trayecto a los Estados Unidos.
La delegación estatal del INM reportó que en la mayoría de los casos los chicos pretenden reunirse con sus padres, según los 40 casos registrados en el primer semestre de 2010.
En ese período destacó el aseguramiento ocurrido en Huautla de Jiménez, en la región de la Cañada, dónde un grupo de niños de 8, 11, 12 y 13 años de edad fueron rescatados por elementos de la Policía Estatal quien los remitió al cuerpo de oficiales de Protección a la Infancia del INM.
Los niños viajaban en una camioneta con tres adultos: Araceli Espinoza Vásquez y Jairo Ocaña, originarios de Tonalá, Chiapas, y el salvadoreño Álvaro Enrique Ramírez Acosta de 26 años quienes al ser interrogados no pudieron comprobar la relación consanguínea con los niños por lo que fueron puestos a disposición del agente del Ministerio Público Federal como probables responsables del delitos de trata de personas.
La delegación del Instituto de Migración destacó que en años recientes las redes delictivas utilizan los caminos rurales de la Sierra Mazateca y los Mixes, en la Sierra Norte para eludir los operativos policiacos en las regiones del Istmo de Tehuantepec, Sierra Sur y los Valles Centrales.
Según testimonios de personas aseguradas, los traficantes acuden a las oficinas del Registro Civil estatal en Huautla de Jiménez o San Pedro y San Pablo Ayutla, municipalidades de la zona mazateca y mixe, a tramitar las actas de nacimiento apócrifas que les permite desplazarse libremente en territorio mexicano hasta llegar a la frontera norte e intentar llegar a la Unión Americana.