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México, D.F. 22 de diciembre de 2010 (El Universal).- El párroco Alejandro Solalinde, quien tiene un centro de atención a migrantes en Ixtepec, Oaxaca, rechazó la versión del Instituto Mexicano de Migración acerca de que no hay indicios sobre el secuestro de 50 migrantes realizado el pasado 16 de diciembre en el pueblo de Chahuites.
El crimen organizado se adueño de Ixtepec y la ha convertido en la capital del secuestro de migrantes, que antes era Coatzacoalcos, señaló el religioso en una entrevista radiofónica con Carmen Aristegui.
Además, denunció que los criminales lo han amenazado de muerte, para exigirle que deje de proteger a los migrantes que recibió en su albergue tras el ataque.
Por otra parte, reveló que existen videos con las declaraciones de migrantes que lograron escapar del asalto, donde narran los hechos ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; incluso, comentó, la canciller salvadoreña fue a Chauites para obtener pruebas y testimonios.
No encontraron evidencia porque les dieron un pitazo, comentó Solalinde, y acusó a los maquinistas de los trenes que llevan a migrantes de ser cómplices de las mafias que extorsionan a los centroamericanos.
Solalinde preguntó: ¿por qué, si no hay evidencias, se llevaron dos camiones de testigos a México? Y añadió que fueron 13 migrantes quienes fueron trasladados a la SIEDO en la capital del país para iniciar una investigación.
El testigo hondureño
El párroco comunicó a Aristegui con un testigo hondureño, quien narró que cuando escuchó los disparos, corrió para proteger su vida, aunque no pudo ver si había obstáculos en las vías del tren, porque iba en la cola.
Esto fue como un relámpago, nomás le puedo decir que corrimos para salvar nuestras vidas, señaló.