Diferencias entre un estúpido y un idiota
Oaxaca, Oax, 11 de diciembre de 2009 (Quadratín).- En la batalla al crimen organizado es primordial cuidar que no se desfonden ni demuelan las instituciones de seguridad pública e inteligencia del país, so pretexto de implementar mecanismos de reingeniería institucional.
La experiencia y los cuadros que se crearon a través de muchos años y diversas administraciones públicas (tanto estatales como federales) no deben ser desplazados por gente joven y con poca experiencia en la materia.
Es necesario combinar el talento nuevo con la práctica añeja para no atrofiar el proceso de crecimiento y consolidación de los cuerpos de inteligencia, al contrario hay que reforzar los equipos de trabajo.
Cuando se interrumpe la continuidad en los proyectos, programas y políticas públicas que han dado resultado en una institución, se provoca que la misma se estanque y no tenga los mejores rendimientos ni resultados; es como inducir a la debacle, porque también se afecta la organización y eficacia institucional.
Las instituciones encargadas de crear e implementar los sistemas de inteligencia en este país, hoy en día determinantes para preservar la paz pública, el orden social y combatir al narcotráfico, no son producto de un sexenio, ni de un gobernante, son resultado de la suma de muchos esfuerzos del trabajo coordinado y constante de los especialistas en el tema y de sus colaboradores, pero sobre todo de la labor que llevan a cabo día a día los servidores públicos institucionales que integran estos organismos.
Es determinante hacer valer, respetar y cumplir cabalmente el servicio civil de carrera en todas las corporaciones que forman parte del sistema nacional de seguridad pública, porque al hacerlo a un lado, a través de los acuerdos para beneficiar amigos, allegados y colaboradores se atenta contra las instituciones.