
Quiénes somos | Cipriano Miraflores
Oaxaca, Oax. 21 de enero de 2013 (Quadratín).-Cuando una lengua muere no sólo se pierden historias. Se borra la esencia y la manera de sentir de todos aquellos que algún día expresaron su vida en ese dialecto que fenece. Toca su frente José Guzmán Hidalgo de los contados ancianos que aún preservan el idioma mixteco, amuzgo de Santiago Chazumba.
En las alturas de la parte noroeste del estado, en la región de la Mixteca, vecino de las comunidades de Cozoltepec, San Pedro y San Pablo Tequixtepec se encuentra el municipio de Santiago Chazumba, tierra de agricultura y ganadería.
Alejado del televisor Guzmán Hidalgo conserva un radio 1970, de quien presume su mayor compañía. En el municipio habitan alrededor de 5 mil habitantes pero de todos ellos menos de 300 personas hablan el idioma nativo.
Generaciones van, vienen, no enseñan a hablar a los que van pa´arriba. Enseñe a mis hijos, más ellos no enseñaron ya a mis nietos. Alguna vez de chamaco oí que dejar de hablar nuestro idioma indígena sería perder pertenencia, no lo creí. Pensé que nunca pasaría.
Su casa de adobe, al fondo con una pequeña granja y aves de patio amanece cada día con la sintonía de su radio que por más de cuatro décadas ha subsistido a embates del tiempo.
Las venas que su cuerpo menudo dejan ver sobre sus manos lamenta que todo el sentir de la generación de sus abuelos, padres, amigos se olvide pues no conoce porque no hay dice- un programa de rescate de la lengua.
Aprendí el castellano a varazos, pero mi corazón, mi cabeza y todo lo que siento no lo digo con el mismo sentimiento con el que lo hago en mi idioma nativo. En castellano ni la palabra me sabe.