Mantiene SSPO activo el Plan de Apoyo a la Población en el Istmo
Juchitán, Oax. 11 de junio de 2010 (Quadratín).- El ruidero electoral, de promesas y descalificaciones, se adueñó nuevamente de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, pero es ignorado por la mayoría de los ciudadanos juchitecos, que realizan su acongojada vida por los altos precios de las cosas y la falta de trabajo seguro, por la inseguridad y el crecimiento exponencial de la delincuencia en el municipio.
Solamente las colonias populares, los grupos de créditos y los empleados, que no tienen alternativa de sosiego por la manipulación que sus líderes hacen de sus necesidades, van de un mitin a otro, de una humillación a otra, con el rostro inmutable y sin la convicción de lucha por un bien común.
Los malos políticos istmeños, hicieron de la política local un producto asqueroso y repelente, un negocio y una forma legal de la impunidad, que la ciudadanía consciente o informada y no comprometida huye de sus actos. Por lo que, en los procesos electorales de hoy, participan clientelas constituidas, que hacen de las elecciones cualquier cosa menos un proceso democrático. En estas condiciones, las elecciones la ganan los que tienen mayor capacidad de manipulación.
En los municipios, quienes manejan recursos (públicos por cierto) suficientes que hacen posible la manipulación, son los partidarios del gobierno del estado y los del presidente municipal en turno; sucede a veces que ambos poderes son del mismo partido y suman los recursos para seguir gobernando, comúnmente lo logran, pero cuando la ciudadanía no comprometida sale a votar hastiada de la situación, vienen los cambios. Sucede también, que cuando estos poderes son contrarios, la fuerza local o municipal casi siempre sale ganando. ¿Pero qué sucede cuando el poder local-municipal simula ser opositor al partido en el poder estatal? En Juchitán sucedió hace tres años, y quiso suceder ahora, este caso singular: el presidente actual, operador e infiltrado político del gobernador Ulises Ruiz en un partido de izquierda, el PT, como pago a sus servicios al PRI, le fue dado el municipio juchiteco a través de una elección fingida y pactada, donde la inocente candidata priísta de entonces juraba contar con todo el apoyo del gobernador para recuperar Juchitán en manos de la COCEI. Con el caminito inmoral conocido, para estas elecciones del 4 de julio, este presidente municipal de izquierda convino con el gobernador la presidencia municipal de Juchitán para su sobrino Lenin López Nelio a cambio de los votos de la alianza PT-PRD-PAN-CONVERGENCIA a favor de los candidatos del PRI a diputado y gobernador. Pero como hubo inconformidad dentro de la COCEI y una fracción importante postuló y respalda a Héctor Sánchez López como candidato a la presidencia de este municipio, el pacto de Mariano Santana con URO se desmoronó.
Esta circunstancia que derrumbó la jugada política de Ulises y Mariano Santana, hace que recobre vida como candidato serio Daniel Gurrión y convierte a la elección municipal juchiteca en una contienda verdadera, donde la disputa por la presidencia será entre el Ing. Héctor Sánchez López del PANAL y Daniel Gurrión del PRI, que son los que hoy manejan clientelas fuertes.
Pero una cosa es que la contienda sea verdadera y otra que traiga beneficios para Juchitán, la conformación de las planillas contendientes lo dice todo, el próximo gobierno municipal será para seguir manteniendo a las familias políticas o rovolucionarias juchitecas.
¿Qué puede, entonces, mover a los ciudadanos no comprometidos a participar con su voto en esta elección municipal? La esperanza de un presidente enérgico y filántropo, que logre contagiar con su entusiasmo a sus subordinados para impulsar acciones creativas y potentes que beneficien a este municipio saqueado repetidamente cada tres años. ¿Pero, de los dos contendientes con posibilidades de triunfo, habrá uno que cubra esta expectativa?
Lo cierto es que necesitamos reconocer la podredumbre política que vivimos, para renovar el ánimo y luchar por la construcción de nuevas fuerzas políticas, que ofrezcan mejores oportunidades de atención y desarrollo para nuestros pueblos. Comencemos, participando activamente en este proceso electoral del 4 de julio, para terminar con la pesadilla de los 80 años de fatales gobiernos del PRI en Oaxaca, 80 años que significan el estado actual en que vivimos: pobreza, marginación e impunidad.
Guidxiguiequichi, Lulá, beeu bixhoopa, iza 2010