Que los libros regresen para que sean leídos por otros ojos: Rivera Garza
TORONTO, 3 de mayo de 2021.- El escritor y hablante del maya, Jorge Miguel Cocom Pech, nos dice que “A t’aane’ un naajil a pixán, tu idioma es la casa de tu alma, ahí viven tus padres y tus abuelos, en esa casa milenaria, permanece tu palabra”.
Nelson Mandela, defensor de los derechos humanos en Sudáfrica, nos dice que «Si hablas a un hombre en una lengua que entiende, el mensaje llega a su cabeza, si le hablas en su lengua, le llega al corazón».
Y, el tlamatini de México, Miguel León Portilla, defensor de las lenguas originarias, nos dice que una lengua refleja una visión única del mundo, representa la memoria de un grupo, su pensamiento y expresión, asociaciones y símbolos y un complejo conjunto de sonidos y emociones.
Teniendo en mente la cultura libresca que existió en Mesoamérica antes de la llegada de los españoles en el siglo 15, la inspiración del día del libro en español en México proclamada el 12 de noviembre de 1995 por decreto del presidente José López Portillo, se debe a Sor Juana Inés de la Cruz, décima musa, fénix de América y su lucha por el derecho a leer.
Al proclamar en 2010, el día mundial del idioma español, y en 1995 el día internacional del libro, ambos el 23 de abril, fecha que coincide con la muerte, días mas o menos, de tres grandes de las letras, el español Miguel de Cervantes Saavedra, el Inca Garcilaso de la Vega y el inglés William Shakespeare, la UNESCO declara que las lenguas y los libros, se encuentran en el patrimonio humano tangible y se consideran “fundamentales para la protección de los derechos humanos, la buena gobernanza, reconciliación y desarrollo sostenible”.
La lectura de un libro, es un ejercicio cerebral que informa, educa y desarrolla el pensamiento lógico y creativo, estimula la imaginación, a la par que entretiene. Sin movernos de lugar, el libro nos transporta a montañas y mares distantes y nos abre a horizontes, mundos, imágenes, ideas, historias y nuevos colores que desenvuelven nuestra visión del mundo que habitamos.
Aun con las nuevas tecnologías, el libro impreso, sigue siendo instrumento de transmisión cultural, fundamental en el desarrollo humano, es un objeto cultural con un diseño y diversidad del papel, texturas y colores. Se convierte en un objeto de arte al ser intervenido por artistas de la talla del español mexicano Vicente Rojo como en la portada del libro que ya es un icono: “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez o en el caso de la joya que es el libro más antiguo custodiado en la Biblioteca Nacional de España, el Códice de Metz, tan bellamente ilustrado.
A partir de las “cartas de indias”, el idioma español de Cervantes creador de la gran obra literaria: el hidalgo Don Quijote de la Mancha, icono del idioma español, se enriquece con palabras como jitomate, chocolate, cacahuate, aguacate, entre otros mexicanismos.
Cuenta con una población mundial de mas de 550 millones de hablantes, es el segundo idioma mas hablado del mundo y el de mayor crecimiento en número de hablantes en el Canadá, país que se distingue por una política que abraza el multiculturalismo implementado en la década de los setenta por Pierre Elliot Trudeau.
En 1991, cuando se empezaba a escuchaba el idioma español en las calles de Toronto, nació como patrimonio de la comunidad hispanohablante del Canadá, la Fundación Canadiense para la Celebración Cultural del Idioma Español por sus siglas CCIE.
Nació con un maravilloso engranaje y visión integradora, con la misión de celebrar el idioma español a través de un festival de las artes literarias, visuales, cinematográficas, la música, el canto y la danza y las artes culinarias representadas por personalidades locales e internacionales del mas alto nivel.
Sin antecedentes en el mundo hispánico, esta celebración del idioma en tierras con otras lenguas, incluyo una semana con amplia programación de actividades creativas y educativas, un día dedicado al niño de nuestra comunidad, un festival de cine y una feria del libro con cientos y cientos de libros provenientes de editoriales de España y América Latina.
Con las cajas de libros que no se vendían, se formo una rica biblioteca para la comunidad, albergada en el Consulado General de México en Toronto.
Propuesta inicial de los Consejos de educación de la ciudad de Toronto, conjuntamente con el cuerpo consular hispanohablante acreditado en Toronto (14 consulados, en especial los cónsules Antonio Bullón de España, Carlos Sada Solana de México y cónsul cultural Ing. Héctor González Hernández, hombres idealistas, visionarios, comprometidos, que supieron escuchar la voz de sus comunidades), el catedrático Dr. Mario Valdés y la Alianza Hispano canadiense de la Universidad de Toronto, la Profesora Margarita Feliciano de la Universidad de York y una servidora.
Se convocó abiertamente a la comunidad hispanohablante de Toronto para incorporarse a la CCIE formada por comités de programación.
Treinta años mas tarde, la alcaldía de la ciudad de Toronto designa el 23 de abril de 2021, como el día del idioma español, ante la creciente diáspora de habla hispana que comienza a tomar forma en las décadas de los ’50 y 60 y por iniciativa impulsada nuevamente por el interés y entusiasmo del consejo católico de educación de Toronto representado por la concejal mexicana Ericka Aguilera.
Pero, ¿porque nos es importante para los hispanohablantes del Canadá, celebrar el idioma español? El futuro del idioma en suelo canadiense esta en las actuales y nuevas generaciones.
No obstante que a partir del Siglo XVI, compartimos una historia cultural, costumbres e ¡ ideologías barrocas de la civilización hispánica, los pueblos que hablamos español, somos un mosaico multicultural, una diversidad de culturas, artes, tradiciones, música y cocinas, hermanados por un idioma oficial.
Y, teniendo en mente que el español se habla con regionalismos propios de cada cultura, es el mismo idioma a través del cual, nos comunicamos todos los hispanohablantes.
Las primeras naciones del Canadá escogieron el lugar, “place” como el vínculo que hermana, une la diversidad de culturas que representan y se autonombraron:
Indígena, es decir, autóctono de estas tierras, Indígena son los: Mohawk, Ojibway, Cree, Denee, Six Nation, Algonquin y Huron, entre otras primeras naciones del Canadá. En mi visión, nosotros, ni hispanos ni latinos, pues son términos que excluyen a los millones de hablantes de lenguas originarias y no logran bien a bien definirnos, sin embargo, sí somos pueblos hispanohablantes, “Spanish Speaking Peoples of Canada” y a través del idioma que nos une y compartimos, nos expresamos como un abanico de pueblos ante el mundo.
Decimos que las lenguas se viven, y en el actual Toronto, es muy normal escuchar el español que se vive en las calles de muchos de sus barrios. Hoy por hoy, Toronto celebra el español todos los días, sea en casa, en la calle, a veces en el trabajo, en las numerosas redes sociales, en los periódicos y radiodifusoras hispanas, cuando leemos o volteamos la mirada y abrimos los sentidos a nuestros escritores, periodistas, poetas, actores, artistas, cineastas, músicos, cantantes, bailarines, y todos, quienes desafiando el hecho de estar en tierras canadienses del inglés y el francés, producimos libros y contenido en español.
Vivimos en español cuando visitamos las educativas publicaciones que produce la UNAM Canadá, cuando leemos a Martha Batiz, a José Antonio Villalobos, a Juan Gavasa y LATTIN, a Isabel Inclán y Correo Canadiense, a Raul Pinto y UNIVISION, a Cynthia Basulto y Gabriel Ramírez y TheBridge, a Horacio Tejera y DIALOGOS y a Toronto Hispano, entre otros. Vivimos en español cuando vamos al TLAFF festival de cine latinoamericano de Toronto, al Festival Internacional de la flauta latinoamericana de Alhelí Pimienta, a los conciertos de Jorge y Yuri López, a la celebración del Colectivo día de los muertos en Wychwood, la celebración poética virtual de Ofrenda ritual de vida / Living ofrenda y las excelentes charlas impartidas en LAS Latin American Studies, Universidad de Toronto.
Empero, también vivimos en español cuando vamos a los comercios hispanos a comprar los ingredientes de nuestras variadas cocinas, cuando acudimos al hispanohablante que es doctora, abogado, agente de bienes raíces, consultor de finanzas, diseñador grafico, diseñadora de modas, importador y, a los reventones de amigos, las verbenas, conciertos y celebraciones cívicas de nuestros países y tantos otros eventos, servicios y momentos donde celebramos el español muy particular de cada pueblo representado en la comunidad de habla hispana de Toronto.
Vivimos en español porque este, nuestro idioma, el español del Cantar del mio cid, Cervantes, Sor Juana, Unamuno, Paz, Glantz, Poniatowska, Machado, Fuentes, Galeano, García Lorca, García Márquez, Borges, Villoro y, porque no, también el de “La familia Burrón” y las telenovelas mexicanas cuyo español mexicano se esta hablando en toda la América Latina, es nuestra vía de comunicación.
El idioma español que se pronuncia con Ñ, que se celebra en #TOhablaespanol, y que a diario enriquecemos de muchas y diversas maneras desde España hasta México, Colombia, Guatemala, Ecuador, Perú, Argentina y Chile, entre los 25 países donde el español es el idioma oficial, sin olvidar el español que se vive en los EUA donde ya es el segundo idioma oficial, es un espacio publico y privado que nos pertenece a todos los hispanohablantes y a los amantes del español.
Es la voz nuestra, que nombra, entiende y da sentido al entorno con una visión única del mundo.
María Luisa de Villa, artista visual, curadora y ecologista, publicado por Lattin Magazine el 23 de abril de 2021.